La plantilla del Real Madrid regresó hoy al trabajo tras el duro  varapalo sufrido anoche en Liverpool (4-0) que supuso su eliminación  en los octavos de final de Liga de Campeones por quinta temporada  consecutiva. Con rostros serios y cabizbajos, el grupo, que llegó tarde a la  capital, por lo que el entrenamiento se fijó para las 13.00 horas,  saltó al césped de Valdebebas donde permaneció unos instantes  charlando con su técnico. La consigna es levantar el ánimo y centrarse ahora en la única  competición que queda por delante, con la esperanza de seguir siendo  rival del FC Barcelona en la lucha por el título, pese a que la  distancia se abriera a los seis puntos de nuevo tras su empate en el  derbi del pasado sábado. Así, el grupo comenzó a preparar el partido de este sábado ante el Athletic Club con una sesión que fue muy suave, de  recuperación, tras el partido de ayer, con carrera continua y algunos  ejercicios.