Con 36 años está cambiando la imagen de la mujer trabajadora y ama de casa. Esta mexicana tiene prácticamente todo el cuerpo tatuado, además de cuatro dientes de vampiro implantados y unas pequeñas piezas de titanio en la cabeza que simulan dos cuernos. Se interesó en expresar sus sentimientos a través de su cuerpo después de varios años de abuso doméstico en su primer matrimonio. Ahora, ha vuelto a casarse y afirma ser feliz. Además de ser una incansable defensora de las víctimas de violencia doméstica, se ocupa de sus cuatro hijos, de su casa y de su exitosa tienda de ropa y tatuajes.