A punto de cumplirse 20 años del asesinato de Irene Villa, los autores de la masacre pueden quedar impunes si el delito ha prescrito. Y esto ocurre porque el terrorismo tiene fecha de caducidad. El problema es que los que hicieron las leyes, se olvidaron de ese dolor y hoy la reivindicación es un clamor. Se han reunido en Salamanca con su denuncia a cuestas. Ayer lo intentaron en la audiencia nacional y acabaron expulsados de la sala de justicia.

