Caza al asesino en internet
En más de dos décadas, el líder guerrillero Joseph Kony ha matado a 10.000 civilesLa exitosa aunque polémica campaña de una ONG en Youtube logra hacerle «famoso» para que se le detenga
La «última reencarnación de Jesucristo en la Tierra». Con un apodo (autoimpuesto) de tan magna egolatría, lo cierto es que nadie duda de que el caso de Joseph Kony —líder del grupo guerrillero ugandés Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés)— discurre entre la locura y el absurdo.
En sus más de dos décadas de lucha por «una Uganda gobernada bajo los Diez Mandamientos», el LRA ha asesinado en la región africana de los Grandes Lagos a cerca de 10.000 civiles. Un conflicto silencioso, rescatado ahora por una exitosa campaña (no carente de polémica, eso sí) que en los últimos días sacude las entrañas de internet.
Su lema no puede ser más simple: «Vamos a hacer famoso a Joseph Kony». Con ese claro objetivo, la organización humanitaria Invisible Children (niños invisibles) lanzaba esta semana el proyecto «Kony 2012», dirigido a «publicitar» en las redes sociales al criminal más buscado del mundo, acusado en 2005 de crímenes contra la Humanidad por el Tribunal Penal Internacional y reclamado desde entonces por La Haya.
Los números no son menores. En apenas seis días, el vídeo colgado en el perfil de Youtube de la organización acumula ya más de 50 millones de visitas, mientras que los «hashtags» (etiquetas para clasificar un tema determinado) en Twitter #stopkony y #kony2012 se convirtieron el pasado jueves en «trending topics», es decir, se situaron entre los términos más utilizados por los usuarios de la plataforma en todo el mundo.
«Ahora hay más gente conectada de la que había hace dos siglos en el mundo entero. Eso cambia la forma en que nos comunicamos», señala el fundador de Invisible Children, Jason Russell. «Para que sea detenido», asegura Russell, «hay que encontrarlo (su paradero actual es posiblemente República Centroafricana). Para encontrarlo, hace falta tecnología y soldados que lo busquen. Para que el Gobierno de EE.UU. envíe soldados, necesitamos que la gente sepa quién es y quiera capturarlo, ajusticiarlo. Kony debe estar en todas partes, vamos a hacer famoso a Joseph Kony», destaca el líder de la campaña, quien se pregunta «¿por qué nadie hace nada?»
¿Nadie? Primera falacia: La población local parece que no cuenta para el bueno de Russell. Desde hace más de dos décadas, y sin los altavoces de la red de redes, héroes anónimos como John Baptist Odama, arzobispo de Gulu y mediador entre el grupo guerrillero y los gobiernos locales, llevan plantado cara al terror.
Como señalaba a ABC en una entrevista realizada en 2010 (cuando todavía a nadie interesaba Kony), el conflicto del LRA constituye «una de las peores tragedias humanas de la historia», en la que más de un millón de personas han sido desplazadas y cerca de 20.000 niños, secuestrados.
Un caso similar al de la hermana Rosemary. Desde 2002, esta religiosa ofrece en su centro de Kitgum, en Uganda, apoyo psicológico a los millares de mujeres que lograron huir del conflicto. «En nuestro centro —St. Monica School— actualmente tenemos a dos centenares de mujeres (algunas de sólo 15 años) bajo tratamiento. En el tiempo en el que estuvieron en poder de la guerrillera, todas ellas fueron despojadas de cualquier tipo de humanidad al ser víctimas de brutales vejaciones. Es ahora el camino más difícil, lograr que se reconozcan y se valoren como personas», destaca la religiosa.
«Moralina blanca»
Sin embargo, la falta de voces africanas no es la única reacción crítica que ha provocado la campaña. Para la mayoría de analistas locales, el vídeo es —tan solo— un nuevo ejemplo de la clásica «moralina del blanco mesiánico y salvador» al difundir una visión simplista (en ocasiones casi infantil) del conflicto.
Primero, porque la campaña se centra, casi en exclusiva, en proyectos en Uganda —a pesar de que el LRA fue expulsado de este país hace ya varios años—. Segundo, porque promueve la militarización del territorio por parte de tropas de Estados Unidos (el pasado mes de octubre, 100 asesores del Ejército estadounidense fueron enviados a la región para acabar con Kony). Y tercero, por los claroscuros que ofrece Invisible Children: de los 14 millones de dólares que ingresa la compañía anualmente, buena parte se dedica a la producción de películas y menos del 50% a propuestas sobre el terreno.
Rosebell Kagumire, una de las mayores especialistas sobre Uganda (local, eso sí) lo resume de la siguiente forma: «La guerra es mucho más compleja que un hombre llamado Joseph Kony». Aunque entre tanta campaña de internet, su voz quizá no sea escuchada.
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