De Jordi Pujol a Bassa: la lista de agravios a Andalucía de los políticos catalanes escribe un nuevo capítulo

No es la primera vez, ni será la última, que un dirigente de aquella comunidad norteña que quiere tener su minuto de gloria en un informativo recurre a la ofensa y provoca a continuación una cascada de reacciones que a la postre se saldan, como mucho y no en todos los casos, con una disculpa de manual del tipo «no era mi intención...». Porque la realidad es que en Cataluña insultar a los andaluces sale gratis. O casi.

Es una práctica que se ha convertido en hábito y que tuvo como principal impulsor al ya nada honorable Jordi Pujol, ex presidente de la Generalitat.

«El hombre andaluz no es un hecho coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (…) es, generalmente, un hombre poco hecho, es un hombre que hace cientos de años pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de la comunidad. (…) constituye la muestra de menos valor social y espiritual de España. (…) es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza numérica llegase a dominar, sin antes haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y paupérrima, es decir, su falta de mentalidad».

Eso escribió Pujol en su libro «Immigració, problema i esperança de Catalunya», de 1958, y reeditado en 1976. Tiempo después, y en clave positiva, el entonces president elogió el empuje de municipios agrícolas de Huelva como Lepe y Cartaya. Pujol, invitado por el alcalde cartayero, Juan Antonio Millán, visitó esta zona eminentemente fresera y los dos ayuntamientos le rindieron homenaje, Tras la polémica desatada por los negocios de la familia Pujol y reconocer que tuvo dinero en el extranjero sin declarar, Cartaya y Lepe rompieron el idilio que mantenían con el político catalán. Aunque ésa es otra historia.

El Plan de Empleo Rural y los subsidios agrícolas han sido tema recurrente en Cataluña para atacar a Andalucía. Josep Antoni Duran i Lleida, de CiU, espetó en plena campaña electoral en octubre de 2011 que los agricultores andaluces reciben el subsidio para pasar el día en el bar. «Cataluña –dijo– no está justamente tratada en materia de aportación fiscal al Estado. Mientras los payeses catalanes no pueden recoger la fruta por los bajos precios, en otros sitios de España con lo que damos nosotros de aportación al Estado, reciben un PER para pasar una mañana o toda la jornada en el bar del pueblo».

En otras ocasiones es el habla andaluza motivo de mofa. En 2011, Artur Mas, entonces president de la Generalitat, tuvo la ocurrencia de decir que «los niños en Sevilla, Málaga o Coruña hablan castellano, pero a veces no se les entiende». Javier Arenas, por entonces líder del PP-A, le pidió inmediatamente que se disculpara, lo que Mas hizo horas después, señalando en un comunicado que no tenía intenc ión «de faltar el respeto a nadie».

Con anterioridad y en otra ocasión, en 2009, la diputada del PP en el Parlamento catalán Monserrat Nebrera, se burló del acento andaluz de la que fuera ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Primero dijo que la ministra tenía un acento que parecía «un chiste». Luego amplió el argumento para añadir que el acento le parecía «chulesco y atragantado, agigantado en su incomprensibilidad por el hecho de ser andaluz y, por tanto, rápida».

El, por esas fechas, secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, actualmente delegado del Gobierno en Andalucía, pidió a Nebrera que abandonase las filas del PP, porque «no representa ni a Cataluña ni a nadie. Sólo se representa a sí misma». El 19 de octubre de 2009 renunció a su escaño y anunció su decisión de abandonar la militancia en el PP en una carta al presidente de éste, Mariano Rajoy .

Al igual que la consejera Bassa, otro dirigente de ERC, Joan Puigcercós, dejó también constancia de sus críticas a Andalucía como táctica para defender a Cataluña. Pigcercós afirmó en noviembre de 2010 que una Cataluña independiente generaría «más oportunidades» económicas, algo que actualmente ve imposible porque «tenemos a la Agencia Tributaria instalada en casa, mientras que Madrid es una fiesta y en Andalucía no paga impuestos ni Dios».

Las palabras de Puigcercós provocaron un gran malestar en Andalucía. La consejera de Presidencia y portavoz del Gobierno, Mar Moreno, aseguró que esas afirmaciones causan «indignación» porque «ésta es una tierra que contribuye como la primera al sostenimiento del conjunto del país». Para Moreno, este tipo de argumentaciones son «tan fáciles y tan injustas como el anticatanalismo, y solo contribuyen a crear tensión y acuñar estereotipos dañinos para la convivencia».