Conferencia de Albert Boadella, dramaturgo, sobre «El Decálogo del comediante libre»

Vanessa & Boadella

ALBERT BOADELLA siempre ha sido un provocador fino, irónico e inteligente, que siempre se las ha arreglado para sacar de quicio a los poderosos de turno, sin renunciar a ser el aguafiestas de su propia fiesta. Por eso, para no perder la costumbre, hemos decidido tomarnos con guasa e irreverencia nuestra mediática obsesión de compensar la ausencia de fundamentos culturales consumiendo suplementos culturales.

A continuación, interpretaremos el encuentro de la bella Vanessa [Albert Boadella] con el escritor Kawasaki [oh, los Kawasaki], sainete dialogado imposible, ficticio y malintencionado, porque la cultura siempre triunfa.

VANESSA: ¿Tú eres el escritor de apellido japonés que sale en el periódico?

KAWASAKI: La gente cree que es un seudónimo, pero te juro que es mi verdadero nombre.

VANESSA: No te preocupes, yo sólo he venido a proponerte algo y a felicitarte por tus artículos.

KAWASAKI: Gracias, gracias. ¿Los has leído? ¿Te gustan?

VANESSA: No me gustan ni mijita, pero se ve que has aprendido a escribir muy bien en castellano.

KAWASAKI: Bueno, es que yo no soy japonés de nacimiento, ¿sabes? En realidad nací en el Perú.

VANESSA: Ay, qué pena. Con lo súper interesante que habría sido que hubieras nacido en el misterioso Japón.

KAWASAKI: Sí, pero el Perú es más interesante porque además de misterioso es mortífero, arqueológico y rocambolesco.

VANESSA: Ya, qué fuerte. El caso es que yo he venido para pedirte algo

muy especial.

KAWASAKI: Tú dirás.

VANESSA: Yo, es que… quiero ser famosa, ¿sabes?

KAWASAKI: ¿Famosa?

VANESSA: Sí, famosa. Como la gente que sale en la tele y en las revistas.

KAWASAKI: Claro, por qué no. El país necesita modelos, arquetipos…

VANESSA: ¡Yo ya he sido modelo! Pero me haría una ilusión ser

arquetipo… Bueno, arquetipa, más bien.

KAWASAKI: Pero eso no es tan fácil. La gente tendría primero que saber quién eres.

VANESSA: Eso está chupado, porque yo he concursado en «Gran Hermano». ¿Me vas a decir que no lo sabías?

KAWASAKI: Te juro que no.

VANESSA: ¿Y tampoco me viste desnuda en la portada de «Interviú»?

KAWASAKI: Pues no y créeme que me arrepiento.

VANESSA: ¿Ya ves? Por eso necesito hacer algo más para ser famosa.

KAWASAKI: Es que lo tienes muy complicado porque hay demasiadas chicas monas concursando y posando desnudas en las revistas.

VANESSA: Ya, pero ninguna escribe.

KAWASAKI: ¿Pero es que acaso tú escribes?

VANESSA: No.

KAWASAKI: ¿Y al menos lees?

VANESSA: Tampoco. Bueno, ahora que me acuerdo sí he leído un libro de Paulo Coelho, que me pareció súper profundo.

KAWASAKI: ¿Entonces cómo quieres escribir?

VANESSA: Ahí entras tú, pues. ¿Por qué voy a escribir yo si puedo encontrar a alguien que ya sepa escribir?

KAWASAKI: Vale, pero suponiendo que yo aceptara escribir artículos que luego aparezcan firmados por ti, ¿quién te los va a querer publicar?

VANESSA: Eso está chupado, porque ya me han ofrecido una columna en un periódico gratuito.

KAWASAKI: Ya, pero a mí sí me tendrías que pagar, ¿no?

VANESSA: Hombre, claro que te voy a pagar. A mí me ofrecen 500 euros por una columna semanal y yo he pensado que podría darte la mitad, ¿te parece bien para comenzar?

KAWASAKI: Bueno, para comenzar no estaría mal.

VANESSA: ¡Qué guay que hayas aceptado! ¿Entonces de qué van a tratar mis columnas?

KAWASAKI: Primero tendrías qué decirme qué es lo que has estudiado.

VANESSA: Nada. Comencé un módulo de peluquería pero lo dejé por la química.

KAWASAKI: ¿Te llevabas mal con los profesores?

VANESSA: No, qué va. Lo que pasa es que los champús, las máscaras y  los acondicionadores eran tela de complicados y llevaban pehaches, colágenos, neutrógenos y no sé cuántos estrógenos. Ni que fuera química, oye.

KAWASAKI: ¿Y en qué año terminaste el instituto?

VANESSA: En cuarto de la ESO.

KAWASAKI: No, en qué curso no, en qué año del calendario.

VANESSA: Aaaah, qué risa… En el dos mil.

KAWASAKI: ¿Y qué has hecho todo este tiempo?

VANESSA: Mogollón de cosas: he sido gogó de discoteca, stripper para despedidas de soltero, concursante de «Gran Hermano» y modelo. Por eso ahora quiero ser escritora para poder ser famosa, ¿sabes lo que te digo?

KAWASAKI: ¿Y no te da miedo que no seas capaz de hablar sobre lo que yo escriba?

VANESSA: No, porque si algo ya está escrito no tengo por qué repetirlo a cada rato.

KAWASAKI: ¿Y no te sentirías mal de saber que todo sería una mentira? VANESSA: Bueno, pero ese sería mi problema, no el de los lectores. Además, si yo te pago por escribirme un artículo al final el artículo es mío. Igualito que una canción, ¿me comprendes?

KAWASAKI: ¿Y entonces por qué no encargas una canción para ti? Seguro que como cantante te haces famosa más rápido.

VANESSA: Ya se me ocurrió, pero es que me he enterado que en los conciertos de los pueblos no te dejan hacer play-back. ¿Y si en una fiesta de pronto me piden que cante? Yo canto muy malamente y se descubriría todo el pastel. Pero escribir es distinto porque nadie te pide nunca que escribas en público. ¿O sí?

KAWASAKI: No, la verdad que no. A mí nadie me ha pedido jamás que escriba para ver cómo escribo.

VANESSA: ¿Ves? Escribir está más chupado que cantar.

KAWASAKI: Yo no diría eso. Escribir es muy complicado porque hay que tener lecturas, mundo, conocimientos…

VANESSA: Hombre, para escribir gilipolleces y ponerse intenso está claro que sí, pero para que la gente se enrolle y se lo pase pipa no hay que ser como Cervantes de la Vega. Además que la gente no te lee para saber quién eres, sino te leen porque ya saben quién eres.

KAWASAKI: ¿O sea que tú crees que todos los que te han visto en las revistas o en el programa de «Gran Hermano» se leerían tus artículos?

VANESSA: Del tirón.

KAWASAKI: ¿Y qué clase de artículos busca ese tipo de gente?

VANESSA: Normales. Los que le gustan a todo el mundo: ovnis, profecías, fantasmas, sexo y sociedad. A la gente no le interesa ni la política, ni los problemas chungos, ni las guerras, ni mucho menos la cultura.

KAWASAKI: Ya, pero después en las encuestas todo el mundo responde que le apasionan los documentales.

VANESSA: Es que «Gran Hermano» es como un documental, sólo que en lugar de ver a los animales en libertad ves a los seres humanos en cautiverio.

KAWASAKI: La verdad es que tienes razón. No se me había ocurrido verlo así.

VANESSA: Claro, porque ustedes los culturetas son la mar de prejuiciosos y os revienta que la gente esté más pendiente de lo que piensa una modelo, un futbolista o un astrólogo, que de lo que piensan ustedes.

KAWASAKI: Para qué, lo reconozco.

VANESSA: Bueno, a mí también me revienta que la gente esté más pendiente de lo que piensa una niñata que no tiene nada que no tenga yo, pero por eso he venido a buscarte.

KAWASAKI: ¿De verdad no te aterra que la gente crea que eres alguien que no eres?

VANESSA: ¿Y quién es de verdad quien dice ser? O mejor dicho, ¿quién no querría ser otra persona, sobre todo a partir de cierta edad? El «Sueño Americano» es currar hasta llegar a ser alguien, pero el «Sueño Español» es llegar a ser alguien sin haber currado. Por eso al personal se le hace el culo pepsi-cola por los famosos. Y además es la única profesión donde no tener currículum incluso te beneficia, porque felizmente este país no es un país elitista, ¿sabes lo que te digo?

KAWASAKI: Pero al menos uno debe de ser consciente de su realidad para no auto-engañarse.

VANESSA: Esa es otra gilipollez. Yo soy rubia aunque haya nacido morena, porque siempre quise ser rubia y desde que me lo puedo permitir soy rubia las 24 horas del día. Ya sé que no todo lo que brilla es oro, pero no te creas que a la gente sólo le gusta el oro. A veces lo que le gusta es el brillito, ¿sabes lo que te digo? Por lo tanto, no hay que ser rubia sino estar rubia, de la misma manera que no hay que ser elegante sino estar elegante, no hay que ser delgada sino estar delgada y no hay que ser guapa sino estar guapa. Tú pregúntale a cualquier chica qué prefiere: si ser buena o estar buena, para que veas qué te responde.

KAWASAKI: Pues yo creo que a ti no te hace falta para nada un «negro» que escriba tus artículos.

VANESSA: Ay, qué mono. Seguro que eso se lo dirás a todas.

KAWASAKI: No, te hablo en serio. Creo que has retratado a nuestra sociedad tal como es y que tus argumentos son tan rotundos como irresistibles. Te prometo que muy pronto vas a ser una de las primeras firmas de España.

VANESSA: ¿Tú crees? ¿Como la Almudena Etxebarría?

KAWASAKI: Más todavía. Y te van a llevar a las tertulias de radio y a los debates de televisión, a la pasarela Cibeles y a las series de televisión.

VANESSA: Osqui… ¡Si supieras la ilusión que me hace todo lo que me dices!

KAWASAKI: Quédate tranquila y verás como dentro de unos meses vas a ser una de las chicas más famosas de España. Guapa, intelectual, mediática y buenísima. Lo tienes todo para triunfar porque no has estudiado nada y encima estás como un cañón.

VANESSA: Pero trabajo me ha costado, por si acaso.

KAWASAKI: Mira, vivimos unos tiempos de gran confusión ética y nos hacen falta jóvenes como tú, representantes de la generación más solidaria y mejor formada de la historia de España. Jóvenes que al pan le llamen pan y al vino vino.

VANESSA: Nunca se me ha pasado por la cabeza ponerles otro nombre.

KAWASAKI: Jóvenes que recojan el reto que les lanzó Ortega.

VANESSA: Ortega Cano me parece súper.

KAWASAKI: Jóvenes que sigan el ejemplo de Savater.

VANESSA: ¿Ves? A mí la Leticia ya no me parece gran cosa.

KAWASAKI: Corre a tu casa y escribe, hija. Escribe todas esas cosas tan sensatas que me has dicho y disfruta de la fama, del glamour y de la popularidad…

VANESSA: Y de las exclusivas, no te olvides de las exclusivas. KAWASAKI: Sé famosa para que tu ejemplo cunda y todas las niñas quieran ser como tú.

VANESSA: Como la Victoria Beckham, ¿no?

KAWASAKI: Sólo te pido que cuando seas famosa no te olvides de mí.

VANESSA: No te preocupes, que te voy a mandar la foto del «Interviú» tamaño póster.

F.I.C.

Sevilla, 7 de mayo de 2008

 

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