«Cuatro toreros sevillanos recuerdan a Juan Belmonte»

Francisco Robles, Andrés Luque Gago, Julio Pérez «El Vito», Chicuelo hijo, Finito de Triana y Andrés Amorós en un abarrotado Alfonso XIII

Francisco Robles, Andrés Luque Gago, Julio Pérez «El Vito», Chicuelo hijo, Finito de Triana y Andrés Amorós en un abarrotado Alfonso XIII

Andrés Amorós, crítico taurino, con los toreros: Andrés Luque Gago, Julio Pérez «Vito», Rafael Jiménez «Chicuelo hijo» y Antonio Martínez Díaz «Finito de Triana», toreros

Julio Pérez «El Vito», Andrés Luque Gago, Chicuelo hijo y Finito de Triana contaron numerosas anécdotas del genio

Han pasado cincuenta años de la muerte de un mito como Juan Belmonte, un genio que revolucionó el mundo del toreo y que marcó el camino para todo lo que iba a venir después. El Aula de Cultura de ABC quiso celebrar ayer esta efeméride organizando un acto multitudinario en un remozado hotel Alfonso XIII que se vistió con sus mejores galas para recibir a Julio Pérez «El Vito», Andrés Luque Gago, Rafael Jiménez «Chicuelo hijo» y Antonio Martínez «Finito de Triana».

El primero en salir al ruedo fue el director del Aula de Cultura de ABC, Francisco Robles, quien reconoció que «no puedo entender la cultura sin los toros, al igual que el lenguaje taurino, que está presente en nuestra forma de ver el mundo». Posteriormente, tomó la palabra el crítico taurino de ABC, Andrés Amorós, quien le fue dando paso a los cuatro protagonistas de la tarde-noche. Rompió el silencio maestrante Julio Pérez «El Vito», quien conoció a Belmonte a través de su padre, que fue banderillero del maestro. Siendo muy joven, Vito había toreado como aficionado, pero el primero que le dio la oportunidad de lidiar en un tentadero fue Belmonte. «Recuerdo que él toreó también una de las dos becerras que me sacó y le pegó un molinete y un pase de pecho y luego salió andando », rememora con cariño. Continuó el Aula de Cultura —que patrocinan la Real Maestranza de Caballería y el Banco Sabadell— Andrés Luque Gago, quien se ha codeado con grandes del toreo como Luis Miguel Dominguín.

Comenzó sus palabras enorgulleciéndose de haber nacido en la calle Feria como Belmonte, además de haber sido bautizado en la parroquia de Omnium Sanctorum, el mismo lugar que el maestro. Este banderillero conoció a Belmonte a través de su tío, AndrésGago, quien era muy amigo del maestro y de sus hermanos: «Belmonte era una persona muy observadora y muy callada, pero cuando hablaba lo hacía de verdad. Le gustaba mucho aprender y era un fenómeno tanto en la calle como en la plaza». Asimismo dijo que los toreros a los que más oyó hablar sobre Belmonte fueron Luis Miguel Dominguín y Rafael de Paula. Sobre este último, contó la anécdota de que el mismo Belmonte mandó en alguna ocasión un coche hasta Jerez para que Paula torease en su finca. También Luque tuvo palabras de elogio hacia Luis Miguel Dominguín, «que me llevó a torear seis meses a América creyéndome que era Cristóbal Colón», y destacó también la enorme generosidad y la gran preparación que poseía el torero madrileño.

Tomó el relevo Rafael Jiménez «Chicuelo hijo», a cuyo padre le dio la alternativa Belmonte. Rememoró Chicuelo aquellos días en el tentadero del maestro junto a Rafael el Gallo: «Siempre me fijaba en los andares de Belmonte y El Gallo y le doy las gracias a Dios por haber conocido a esas dos grandes figuras del toreo», reconoció mientras se emocionaba. El último en salir al ruedo fue Antonio Martínez «Finito de Triana», el único torero que no es miembro de ninguna saga familiar y que empezó desde cero como el propio Belmonte. Este trianero de la calle Castilla conoció al maestro gracias a su padre, que era amigo de Belmonte en aquella Triana que fue cuna de tantos grandes toreros. Del maestro destacó su generosidad, «porque nos dejó torear en los tentaderos a todos los chavales que empezábamos en aquel momento ».

También recordó cuando lo acompañó en su entierro, una experiencia que nunca podrá olvidar. Finalizó el acto Andrés Amorós, quien reconoció que «Belmonte aprendió mucha técnica con Joselito, y Joselito aprendió estética al lado de Belmonte. Ellos se admiraban y respetaban y se querían como personas». A este acto acudieron representantes del mundo taurino como Miguel Báez «El Litri» padre, Ángel Peralta, Juan Vázquez, Guillermo Gutiérrez «El Ecijano» y Jerónimo Astolfi.


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