César Cadaval, humorista, en el Aula de Cultura de ABC

Francisco Robles: Alfonso Fernández de Peñaranda, de la Maestranza; César Cadaval; Jorge Medina, del Banco Sabadell; y Javier Solís, de la Maestranza (Foto: Juan José Úbeda)

César Cadaval reivindica en el Aula de Cultura de ABC el papel del humor como parte de la cultura

Comenzó diciendo que «pocas veces se habla en este país del humor de forma seria» para demostrar poco después que a él mismo le cuesta trabajo conseguirlo. Al menos, fueron muchas las veces que el público interrumpió sus intervenciones a plena carcajada, porque a César Cadaval el hacer reír es algo que le sale de dentro. De eso y otros temas habló ayer en el Aula de Cultura de ABC, patrocinada por Banco Sabadell y la Real Maestranza y celebrada en el hotel Alfonso XIII. El director y presentador de esta cita, Paco Robles, comenzó definiendo el humor como una de las partes más complejas de la cultura y recordó que César Cadaval y su hermano Jorge llevan siendo maestros de este arte 34 años, «uno menos de los que tiene la Junta de Andalucía».

Desde Cervantes hasta Quevedo, sin olvidar otros autores más contemporáneos como Miguel Mihura, Jardiel Poncela o el Premio Nobel Camilo José Cela, la literatura se ha servido de este ingrediente a grandes dosis. «El humor es un mecanismo intelectual complejísimo, según decía Sigmund Freud, y César lo domina como nadie», señaló Robles. Realidad y ficción Preguntado por la consolidación de personajes como Omaíta o Paco y su inspiración en la realidad, el trianero no dudó en reconocer que la exageración es una herramienta fundamental de todo humorista, si bien es cierto que en ocasiones la realidad supera a la ficción. «Muchas veces he estado en la playa y he visto auténticos Pacos y Omaítas», reconoció Cadaval. A su juicio, los tiempos que vivimos han cambiado la forma de reír de la sociedad, puesto que las nuevas tecnologías e internet «han modificado la mentalidad de todos. Hoy haces un chiste y al minuto puede estar leyéndolo alguien que esté en la otra punta del mundo». Aunque reconoce que Los Morancos nunca han sido humoristas políticos, a través de sus personajes lanzan todos los mensajes que quieren.

«¿Cómo no vamos a criticar a Bárcenas, Urdangarín, Rajoy, Rubalcaba o Griñán? La gente está harta y cuando va a un espectáculo le da igual la derecha que la izquierda, al final agradecen que les demos caña a los políticos», subrayó ayer César Cadaval, convencido de que «el humor es un hilo importante para decir verdades». Además, en tiempos de crisis la risa ejerce un poder curativo y relajante, según indicó el protagonista de la tarde. «El público lo necesita. Con nuestro espectáculo actual transmitimos que esto no va a ser así siempre y que hay que poner al mal tiempo buena cara y lo cierto es que lo agradecen mucho». Ahora bien, lo que más entusiasmo generó en la sala, donde no había ni una silla libre, fueron las anécdotas que este humorista rescató de su memoria, como aquélla vez en que su hermano convenció al Príncipe Felipe en los jardines del Real Alcázar de que era un californiano de visita en Sevilla o cuando le salió ardiendo el coche en el peaje de Las Cabezas y Diego Pantoja le propuso asar unas sardinas. Los años, aseguró, han ido perfilando y dando tablas al arte de los hermanos Cadaval, aunque ni el tiempo ni la experiencia conseguirán que pierdan su sello. «Nosotros intentamos hacer un humor muy de aquí y así seguiremos », concluyó el artista.