Trata de «hacer justicia literaria y de deshacer fabulaciones» en su novela, primera sobre la figura de esta heroÃna-
José Calvo Poyato, polÃtico, historiador y escritor ha recuperado la figura emblemática de una heroÃna nunca plasmada en una novela histórica, en un acto de «justicia literaria y por tratar de deshacer algunas fabulaciones»âen sus propias palabrasâ.
Asà es su «Mariana, los hilos de la libertad» (Plaza & Janés), en la que el autor traslada a aquellos tiempos convulsos de la Granada de 1828, en los últimos años de reinado del absolutista Fernando VII, y revela verdades entre tramas y ficciones de una heroÃna que anoche fue protagonista absoluta ayer del Aula de Cultura de ABC de Sevilla, que dirige Francisco Robles y que está patrocinada por la Real Maestranza de CaballerÃa y el Banco de Sabadell.
Calvo Poyato, «un polÃtico realmente liberal», según Robles, despeja en esta obra, en la que aúna la vida de la protagonista y el momento histórico que vivió y en el que fue ejecutada en el cadalsocon una trama paralela de tintes policiacos y de novela negra, en los que sin embargo no ha perdido de vista el escenario real en el que se desarrolló aquel periodo polÃtico y social, clave en la historia de España.
Mariana de Pineda perteneció a la pequeña aristocraciagranadina. Eso justifica la preposición que une su nombre y su apellido, según Calvo Poyato, para quien, «no es una pequeña heroÃna local, en la Europa del XIX se habló de ella, porque perdió la vida por defender su ideologÃa en un verdadero ejercicio de lealtad».
Calvo Poyato habló de esa heroÃna «que no encaja en los perfiles de la sociedad de la época para las mujeres. Se casará embarazada, lo cual era un escándalo para la época, enviudó a los 19 años y se quedarÃa embarazada de otra relación. Si no responde al perfil que la sociedad adjudicaba a las mujeres, tampoco respondÃa al papel público: asistÃa a reuniones de polÃtica, algo en lo que también rompió esquemas. Es un personaje rompedor, tanto en lo público como en lo privado», dijo.
Algunas licencias, aclaradas convenientemente en la obra, se toma Calvo Poyato, como hacer convivir a la protagonista con la inundación del Darro de 1831, y muchas fabulaciones instauradas en el imaginario colectivo despeja: «nunca bordó una bandera con lemas revolucionarios. La encargó a bordadoras del AlbaicÃn». Y tampoco, según el autor, es cierto «ese recurso literario extraordinario pero falso de Lorca de que el jefe de PolicÃa de Granada, Ramón Pedrosa, se habÃa enamorado de ella y el despecho la pusiera en el punto de mira de su detención y ejecución. Sà le ofreció la libertad a cambio de delatar a sus compañeros».