ESTOCOLMO. El pasado lunes, un comunicado en la página web de la Casa del Rey Harald de Noruega informaba que Sus Majestades los Reyes tenían el placer de anunciar que su hija, Marta Luisa, y su esposo, Ari Behn, habían tenido una niña. Ayer martes, con una rapidez digna de mención, se publicaron dos fotos de la pequeña, firmadas por su flamante papá. Unas fotos que fueron repartidas graciosamente por el padre de la criatura a todos los medios de comunicación. En una de ellas se ve a la recién nacida tumbada en su camita, acompañada por sus dos hermanas, Maud Angelika, nacida en 2003, y Leah Isadora, en 2005. En la otra, vemos solamente a la pequeña,que, aunque no podrá usar el título de princesa y llevará únicamente el apellido de su progenitor, es la séptima en la línea de sucesión al Trono noruego.

Hoy todo el país sabe que la tercera hija de Marta Luisa -la princesa que asegura poder hablar con los ángeles-, que pesó 3,700 kilogramos y midió 53 centímetros, recibirá en la pila de bautismo el nombre de Emma Tallulah. En un principio se especuló sobre el origen de ese nombre tan poco nórdico, pero, según explicó un etnólogo de la televisión noruega, es de origen indio. La leyenda cuenta que hubo en tiempos pasados una princesa, de la tribu Cherokee, que se llamaba Tallulah y que en Estados Unidos (en los de Luisiana y Georgia) hay dos pueblos que llevan ese nombre.

Aunque se deseaba un varón, este alumbramiento ha causado alegría y satisfacción en Noruega, nación monárquica por tradición, provocando una ola de entusiasmo general y la retransmisión de programas especiales sobre la infancia y juventud de Marta Luisa y sobre la Familia Real. De Ari Behn, padre de la criatura, que luce una barba poco favorecedora y se ha dejado crecer el pelo, se habla menos.