Publicado Lunes, 06-04-09 a las 07:57
No es fácil analizar la carrera de Malasia. Ocurre siempre que la lluvia hace acto de presencia en los circuitos, pero cuando aparece de la forma en que lo hizo ayer sobre Sepang... Es normal que hubiera ese caos. Para el espectador puede ser divertido, aunque el final anticipado deje cierto sabor agridulce, pero para los pilotos una pista en esas condiciones es un auténtico infierno. Resulta prácticamente imposible mantener el monoplaza sobre el asfalto.
Por eso no puedo estar más de acuerdo con la decisión de suspender la carrera, pese al coste de repartir sólo la mitad de los puntos. Lo entiendo perfectamente. Era lo mejor que se podía hacer, porque reanudar la prueba hubiera servido para muy poco, y en cambio el riesgo que asumen los pilotos es extraordinario.
Al final, la organización tendrá que aceptar que fue un error retrasar la carrera hasta las cinco de la tarde en Malasia. Y no podrán decir que no les habían advertido.
En lo estrictamente deportivo, Brawn GP volvió a demostrar que sus monoplazas son, de largo, los más rápidos de la parrilla. No tengo ni idea de lo que pasará en el Tribunal de Apelación. Si aceptarán o no como legales sus difusores.
Siendo egoísta, si tuvieran que renunciar a ellos tal vez aumentará la competencia. Veremos qué pasa. Mientras tanto, las grandes escuderías, sobre todo Ferrari y McLaren, van a tener que redoblar esfuerzos para intentar acercarse a ellos.
Y termino con Fernando Alonso. Como el resto de pilotos no tuvo una carrera fácil. Hizo una salida de las que marcan época, pero después le penalizó ir tan cargado de combustible. Lo que hubiera podido llegar a hacer de no «pegarse» esa excursión es difícil de predecir, sobre todo habiendo lluvia de por medio, aunque pensar en el podio no es descabellado.
