La Alianza de Civilizaciones ya tiene «velocidad de crucero». El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, defendió con entusiasmo esta iniciativa en el Congreso, apenas tres semanas antes de que se celebrara el II Foro en Estambul. El PSOE le preguntó cómo valoraba la asistencia de Barack Obama a la cumbre de la Alianza, y Moratinos no ahorró en elogios hacia el nuevo mandatario de Estados Unidos. «Tenemos informaciones, a través de distintos canales, sobre la posibilidad de que el presidente Obama asista a esta sesión en Estambul», aseguró triunfante Moratinos. Luego llegó el Foro, los días 6 y 7 de abril, y Obama sólo se pasó por el cóctel, pero la alegría del Gobierno de Zapatero, que asistió como copatrocinador del evento, no disminuyó un ápice ante una iniciativa que ya apoyan 96 países en el mundo.
Se hizo la foto -con sobresalto inicial por la ausencia de Zapatero, lo que obligó a repetir la escena-, se apagaron los focos, se bajó el telón y la oposición ha comenzado a hacer preguntas. Se trata de ese tipo de cuestiones «aguafiestas», alejadas de la propaganda y el autobombo, que el Gobierno tiene la obligación de responder por escrito en un plazo de 20 días.
En esta ocasión el diputado «aguafiestas» es José Luis Ayllón, del Grupo Popular. No pregunta por las «transformaciones en la comunidad internacional», ni por la «necesidad de buscar un pilar político-cultural de entendimiento, de diálogo y de tolerancia», como dijo Moratinos en el Congreso. No. El diputado Ayllón se fija en el lado oscuro y más prosaico de la Alianza de Civilizaciones.
Plan de viaje
«¿Cuántos miembros del Gobierno han asistido a Turquía?», pregunta el parlamentario. Recuerda que lo único que se sabe es que «numerosos miembros del Gobierno han acompañado al presidente en ese viaje», pero nada más. «¿Qué otros integrantes de la Administración General del Estado estuvieron presentes?», continúa.
Las preguntas no se quedan ahí. Dispuesto ya a reventar del todo la fiesta oficial de la Alianza de Civilizaciones de Zapatero, inquiere: «¿Cuántas personas (nombre completo y cargo que ostentan) acompañaban a cada uno de los altos cargos (presidente, ministros o secretarios de Estado) que conformaban la delegación española (directores generales, jefes de gabinete y/o asesores)?».
El diputado popular se interesa también por las jornadas de trabajo durante la sesión de Estambul. «¿Cuál ha sido el plan de viaje exacto de cada uno de los integrantes de la delegación española?». Y la pregunta del millón: «¿A cuánto asciende el coste desglosado de cada una de las partidas de viaje (gastos de alojamiento, manutención, transporte, guías, intérpretes, dietas y otros)?».
El coste de las reuniones de la Alianza de civilizaciones es uno de los secretos mejor guardados por el Gobierno. El PP ya preguntó el año pasado cuánto costó a los españoles el I Foro, que se celebró en Madrid. El Ejecutivo envió una respuesta vacua, evasiva: «La ejecución del Plan Nacional de la Alianza de Civilizaciones se sitúa en cada uno de los departamentos ministeriales responsables de las actuaciones descritas en el apartado 5 del Plan», etcétera. No hubo respuesta. El «lado oscuro» de la Alianza sigue lleno de secretos oficiales.