
La HBO, esa cadena que tanto gusta a los que siempre han odiado la televisión, ha estrenado serie. El protagonista es un tipo que la tiene muy grande. Un talento como cualquier otro a la hora de ir tirando en tiempos de crisis económica (el sector servicios es infinito). Aunque por lo de individuo de clase media que se ve obligado a hacer cosas que no se le habrían ocurrido si no hubiera necesitado dinero lo parezca, no es comparable a «Weeds» (viuda se mete a camella de marihuana) o a «Breaking Bad» (enfermo terminal que monta un laboratorio de pastillas). «Hung» es una comedia lúgubre y deprimente, calificativos que no se pueden aplicar a las otras dos. Es deprimente no sólo por lo que calza el protagonista. Pero también.
El del tamaño es un asunto eterno y doloroso que la serie ha reavivado. Algo que por grande que sea sólo interesa como curiosidad y para escribir artículos chorras. Y así nos hemos acordado del enorme pene de Rasputín, ése que parece una trompa de elefante y está en un bote de cristal en el museo erótico de San Petersburgo (su director lo compró a un anticuario francés por 8.000 dólares junto a varias cartas del «místico» ruso). Que vete a saber si es suyo o no porque, vaya, es difícil dar certificados de autenticidad en artículos tan delicados. Es mucho más divertida Ava Gardner, que una vez contó de su ex marido Frank Sinatra que sólo pesaba 120 libras pero que 100 eran de lo que rima con olla. Por seguir con los clásicos, la leyenda de Errol Flynn, que tocaba «You are my sunshine« (sin manos) al piano, es mucho más conocida.
Más. Lance Morrow, en su libro «The Best Year of Their Lives: Kennedy, Johnson, and Nixon in 1948», recuerda la larga vida de exhibicionista de Johnson, que en sus años universitarios incluía haber apodado Jumbo a su gran pene. Por seguir con miembros muertos, el de Milton Berle, la primera estrella de la televisión. En el servicio que tuvo lugar tras su muerte en 2002, los chistes sobre el suyo fueron los protagonistas. Uno de sus amigos fue muy jaleado: «Estamos aquí para rendir honores a Milton Berle, que murió el 27 de marzo. Su pene será enterrado el 1 y el 2 de mayo».
Entre los vivos, y dejando aparte a las estrellas del porno como John (35 centímetros) Holmes, los hay dueños de talentos vistos y no vistos (pero contados u objeto de rumor). De los vistos, en «The Bunny Brown», Vincent Gallo (es lo que le faltaba para dar más miedo). Tommy Lee, el ex marido de Pamela Anderson, también la enseñó en el famoso vídeo sexual con la rubia. De los actores Colin Farrell y del más veterano Tony Danza también hay imágenes demostrativas del producto. Y de Alexis Arquette, que, antes de cambiar de sexo y desprenderse de cualquier medida (y era XL), se hizo fotos robertmappelthorpianas. De James Wooods y de Dan Rather sólo se rumorea el paquete. Pero una no podría ver las noticias tranquilamente con estos datos del presentador.
De los tamaños relatados, el de Liam Neeson. Al menos según la antigua modelo (y antigua novia) Janice Dickinson en su autobiografía «No Lifeguard on Duty». Teniendo en cuenta que asegura haberse acostado con más de mil hombres y algunas mujeres (Warren Beatty, Sylvester Stallone, Jack Nicholson, Mick Jagger, Dolph Lundgren, Grace Jones, Kelly LeBrock, Bruce Willis), lo del viudo de Natasha Richardson tiene aun más mérito: «El pene más grande en un hombre vivo. Se bajaba la cremallera y salía una botella Evian». Cielos. Va a ser momento de tirar del sabio Montaigne, que en uno de sus ensayos hacía mención a las pequeñas dimensiones de su pene. Enrique Iglesias también dijo lo mismo del suyo pero luego se desdijo: «Era una broma, se tomó literalmente y no es la verdad. Cuando la gente descubre que no es así se llevan una agradable sorpresa». Vale, no es Montaigne, pero no me creo que haya dicho algo así.
