Actualizado Viernes, 10-07-09 a las 17:34
La acusación particular solicitará la próxima semana cuatro años de cárcel para un anticuario de Sevilla, acusado de vender por 299.020 euros varias joyas a una señora haciéndole creer que se trataba de brillantes y rubíes, aunque su valor real no superaba los 34.000 euros.
En el juicio que celebrará la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, el fiscal solicitará la libre absolución del acusado pues "en este tipo de géneros, no es solo la composición lo que se vende, sino otras cuestiones igualmente valorables como el diseño, antigüedad de la pieza e incluso su historial de propietarios".
En el juicio que celebrará la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, el fiscal solicitará la libre absolución del acusado pues "en este tipo de géneros, no es solo la composición lo que se vende, sino otras cuestiones igualmente valorables como el diseño, antigüedad de la pieza e incluso su historial de propietarios".
La acusación particular, sin embargo, sostiene que frente al importe total de 299.020 euros comprometido por la compradora, un perito judicial ha valorado las joyas en un precio que oscila entre los 29.718 y 34.962 euros, lo que hace un montante de la estafa de entre 269.301 euros y 264.057 euros.
Pulseras, sortijas, pendientes y broches
Según la denuncia presentada en 2008, el anticuario vendió a su clienta pulseras, sortijas, pendientes y broches con una supuesta composición de platino, oro, brillantes, zafiros y rubíes, pese a que el perito judicial ha certificado que se trata de "piedras sintéticas cuyo valor en el mercado está muy por debajo" de su precio de compra.
Según la denuncia presentada en 2008, el anticuario vendió a su clienta pulseras, sortijas, pendientes y broches con una supuesta composición de platino, oro, brillantes, zafiros y rubíes, pese a que el perito judicial ha certificado que se trata de "piedras sintéticas cuyo valor en el mercado está muy por debajo" de su precio de compra.
La acusación particular sostiene en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, que la señora "no es experta en joyas, sino una cliente que confía en la seriedad del establecimiento" y que creía "estar adquiriendo joyas de alta calidad".
Sostiene esta parte que el anticuario, "para consumar su delito", presentó una demanda civil contra la compradora por impago de 258.520 euros, reclamación que se encuentra paralizada a la espera de la resolución de este proceso penal.
La acusación solicita para el anticuario cuatro años de cárcel por un delito de estafa y una multa de 2.700 euros, además de la declaración de nulidad de todos los contratos de compraventa y que el procesado devuelva a la señora los 40.500 euros ya entregados a cuenta de las alhajas.
La Fiscalía, en su escrito entregado a la Audiencia, dice que en este caso falta el requisito del engaño, pues el anticuario "no hizo ofrecimientos engañosos" ni otras maniobras para estafar a la compradora ya que las joyas antiguas tienen otros componentes que les dotan de "un valor singular que puede exceder del meramente material".
