Miércoles, 15-07-09
Los jugadores tienen que recorrer trescientos metros a pie, desde el castillo hasta los campos de entrenamientos. Trecho que ha sido vallado hasta tal punto que el escenario se asemeja a un encierro de San Fermín. El portugués lo recorrió con paciencia. Tardó algo más de cinco minutos porque todo el mundo le paraba. Todo sin rechistar. Ni siquiera protestó cuando en un estrechamiento se vio acorralado por la prensa inglesa. Estampó su firma en una camiseta con el nombre y el siete de Raúl y no dudó en posar con los dos chavales del Manchester. Le acompañaba un armario de dos metros. Seguridad del hotel. Pero él no se sentía cómodo con la sombra ciclópea. Se dio cuenta el personal del Madrid y retiraron al hombre de oscuro y con cara de malote.

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