
El Real Madrid prepara un nuevo empellón por sus dos últimos objetivos del verano, Ribery y Xabi Alonso. Considera que los dos ya han hecho su parte, que es presionar todo lo que han podido a sus respectivos clubes, y ahora le toca al Madrid.
Ribery tiene molestias, una semana en un lado, una semana en otro. El club ha decidido apartarle del equipo hasta nueva orden si bien el club ya le ha convocado para el «stage» de pretemporada. Por si acaso, el Real Madrid tiene preparada una oferta de 55 millones de euros. Rummenigge ya advirtió ayer que tiene noticia de que los blancos están preparando una oferta «muy cuantiosa para fichar a nuestro jugador». En realidad, es lo que querían los dirigentes bávaros. El Madrid había hecho una intentona hace casi un mes ofreciendo menos dinero (veinte millones) más Sneijder y Robben. La oferta convenció a Van Gaal, por el fútbol de los elegidos, y porque le ayudaría en su integración en el vestuario.
Dinero y no jugadores
El problema es que los dirigentes del Bayern de Munich quieren dinero y no jugadores, algo que es moneda corriente (nunca mejor dicho)entre los clubes europeos, sobre todo porque todos están con telarañas en sus cajas de caudales.
Algo parecido le pasa a Xabi Alonso. El donostiarra se ha negado incluso a viajar con el equipo para realizar la gira asiática y ya todos los medios de comunicación le dan por traspasado al Madrid. El precio de la operación sería de 35 millones e incluso algunos diarios ingleses adelantaron que el acuerdo entre los dos clubes ya es total.
De cualquier forma, habrá que hablar con el jugador por esa pretensión que tenía de cobrar seis millones de euros de ficha. Mientras, la operación parece tan consolidada que en el entorno del Liverpool ya se están dando nombres de sustitutos: el primero, David Silva, y el segundo Javi Martínez, que es muy del gusto de Rafa Benítez.
