VÍDEO: G. D. OLMO
Actualizado Martes, 21-07-09 a las 12:36
Cuando llega el verano y Madrid se torra bajo el sol de julio, son legión los vecinos de la Villa y Corte que marchan al litoral en busca de evadirse de la canícula. Pero hay algunos madrileños que no pueden y no todos son gente que a los que no le llega para pagarse unas vacaciones. Algunos son los animales del zoológico. Para ellos el único antídoto para el calor es la ambientación del parque y los cuidados de sus responsables.

Pero aunque no procesionen por autopista hacia el litoral ni retocen en la arena de la playa, algunos comportamientos estivales de los animales se parecen batsante a los nuestros: Según explica Enrique Sáez, veterinario del zoo, «en verano se detienen las conductas de reproducción , así como las de lucha por la jerarquía». O sea, que los animales en el estío, ni el amor ni la guerra.

Menos actividad«La actividad se limita a las horas crepusculares, es una época en la que se hace acopio de energía para afrontar el invierno», explica Sáez. El mundo se para cuando llega el calor.

El riguroso estío en la Meseta es una prueba de fuego para los animales y para los responsables del zoo que tienen que ocuparse de aliviar el sofoco de esta época del año. Una idea implantada hace tiempo y que se ha revelado extraordinariamente exitosa consiste en suministrar a los animales unos polos de frutas y verduras. Los responsables del zoo las ofrecen a los animales en forma de bloques de hielo que estos se entretienen en deshacer para acceder a la fruta. Contemplar a los simios forcejeando con las rocas gélidas es todo un espectáculo. Una de las muchas cosas admirables de la naturaleza es la capacidad prensil de estos animales. También es admirable ver a los chimpancés alborotarse cuando ven llegar al cuidador con el cubo cargado de polos.

Sáez cuenta que la popularidad de los polos entre el velludo vecindario del zoo no deja de sorprender a los responsables. «Cada vez se los damos a más animales porque estamos viendo que les encanta». Efectivamente, a la vista de los polos, los animales pueden hacer cosas sorprendentes. Una de las elefantas no dudó en arrebatar el cubo de los helados cuando se descuidó el responsable que los repartía.

Pese a que pueda parecer una medida anecdótica, lo de los heladitos es, a juicio de los expertos, un avance por que aporta «enriquecimiento ambiental». Sáez explica que quiere decir este concepto: «El gran reto de los parques zoológicos ahora estriba en recrear las condiciones de vida que tienen los animales en su hábitat natural». Lo de que tengan que echar un rato en sacar la fruta de de dentro del hielo supone replicar la tarea habitual en los ecosistemas salvajes.para la obtención del alimento.

Pero el pasatiempo de los helados no puede ofrecerse a todas las bestias del zoo. El animal insignia del zoológico madrileño, el panda gigante, del que se cuenta con dos ejemplares donados por el Gobierno chino, se alimenta sólo de bambú. Cualquier otro elemento en su dieta podría resultar dañino. Además, ahora precisamente se espera que la intervención para inseminar a la hembra Hua Zui Ba se revele exitosa y la panda esté en estado de buena esperanza.

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