Ruud van Nistelrooy se ha distinguido en el vestuario del Real Madrid por la coherencia y la mesura en cada comentario que afecta a la dinámica del equipo. El lunes, en Dublín, siguió atentamente el trabajo de Karim Benzema ante el Shamrock Rovers. Y no lo pudo evitar. En el vestuario hizo una loa del francés. No le importó que sea su competencia. Destacó su facilidad para montar la pierna y fabricar el latigazo orientado.
Un repertorio que llamó la atención de la mayoría de los jugadores en los primeros entrenamientos en Valdebebas. Sobre todo de los porteros, buenos conocedores de la dinamita de sus cohetes. Su mentalidad ha asombrado. Maneja con soltura ambas piernas y no se lo piensa dos veces si tiene que apretar el gatillo desde fuera del área, una faceta descuidada desde hace tiempo en el Real Madrid.
«Es un «killer». Hace mucho tiempo que no veía a un jugador manejarse de esa manera. Se mueve bien con y sin balón», sentenció Negredo. «Tiene mucha facilidad para rematar y para ayudar al equipo en el juego de paredes fuera del área. Es muy joven todavía para compararle con Ronaldo (el brasileño). Él todavía no ha ganado nada importante a nivel internacional. Puede llegar en el futuro a alcanzar su nivel, pero todavía es pronto», manifestó Marcelo.
Ya con el Olympique de Lyon fue pichichi en la Liga gala (20 goles) y sumó otros cuatro en las competiciones europeas. Una cadencia de acierto que mantuvo este año (17 en Liga y 5 en Europa).
El primer gol de este nuevo Real Madrid puede ser el pistoletazo de una carrera interesante en la lucha por uno de los dos puestos de ataque. A día de hoy nadie lo tiene fijo, salvo que Cristiano juegue ahí. Benzema, Raúl, Higuaín, Ruud y Negredo (estos dos últimos si siguen) buscarán hacerse la foto inicial. Una lucha con más peso y competencia que en años anteriores. Y sin contar con Huntelaar, que se ha saltado la pretemporada a petición propia para decidir su futuro, algo que no ha hecho.
