Las Bahamas es el exótico escenario buscado por la organización de Miss Universo para una nueva elección de la mujer más bella del planeta. El evento será retransmitido en directo por la cadena estadounidense NBC y la mexicana Telemundo y se prevee que la audiencia incluso supere a la de años anteriores.

Los nervios y el cansancio empiezan a hacer mella en las chicas, ya que desde el pasado día 3 de agosto- que aterrizaron en Nassau- no han parado. Actos oficiales, encuentros con la prensa y visitas turísiticas por la capital del país son sólo algunos de los compromisos de estas 84 bellezas.

Esperemos que no se repitan los desmayos, bajadas de azúcar y rostros con evidente falta de descanso que han marcado años anteriores. Las misses se encuentran sometidas a mucha tensión y si a la competitividad y a las ganas de quedar en un buen puesto le sumamos las exigencias de la organización entenderemos la fuerte presión a la que ellas mismas se someten. Porque ser la elegida no es sólo una cuestión de ego, supone una oportunidad profesional a la que todas desean acceder y un deseo de «dejar bien a su país».

España no es favorita

Las aspirantes mantendrán una dura lucha hasta que el próximo 23 de agosto los españoles, en un alarde de patriotismo, crucemos los dedos para que nuestra guapa oficial se traiga el título a España. Parece ser que lo tenemos difícil porque la gallega no se encuentra entre las favoritas. Entre Indonesia, Vietnam, Brasil, Perú, México, Filipinas, El Salvador, Egipto y Colombia se disputa el asunto. A España siempre le ha resultado complicado alcanzar el trono, quizás nuestra belleza ¿no sea lo suficientemente «exótica»? De todos modos, que «no canten victoria» por ahora porque nuestra Estíbaliz tiene mucho decir y como dice la canción hay un gallego «hasta» en la Luna.