
Joan Pere Barret, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Vall d´Hebron | INÉS BAUCELLS
Jueves, 20-08-09
Tenía muchas probabilidades de llegar el primero a la meta pero no pudo ser. En el Hospital Vall d´Hebron de Barcelona se respiraba ayer una sensación de «oportunidad perdida», aunque el centro guarda un importante as en la manga.
«No seremos los primeros en realizar un trasplante de cara en España pero sí los primeros en realizar un tipo de intervención que todavía no se ha hecho a nivel mundial», avanzó ayer a este diario el doctor Joan Pere Barret, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del centro y líder del equipo que debía llevar a cabo la operación. La meta del centro barcelonés va más allá del ámbito nacional. «No le puedo adelantar aún qué tipo de operación realizaremos, aunque puede dar por seguro que haremos historia», dijo Barret.
«A punto de lograrlo»
El cirujano no esconde que aspiraba a la marca nacional y admite que «estuvimos a punto de lograrlo», aunque prefiere no dar detalles sobre qué circunstancias lo impidieron.
Barret celebra que el receptor del Hospital de la Fe haya encontrado un donante y expresa su confianza en que «todo transcurra sin complicaciones». Admite, no obstante, que este tipo de operaciones «sólo tienen cinco años de historia», por lo que puede haber reacciones todavía no descritas. «No sabemos qué pasará dentro de diez o quince años», apunta el cirujano, quien no descarta que con el tiempo «puedan endurecerse los tejidos».
Respecto al riesgo de complicaciones severas, Joan Pere Barret, reconoce que el primer peligro al que deben hacer frente los especialistas es el «rechazo hiperagudo», el que se produce en los primeros minutos y horas tras el trasplante. Explica que, además, el éxito de la intervención no depende sólo de cuestiones clínicas sino también de aspectos psicológicos. En este sentido, Joan Pere Barret, recuerda que los familiares del enfermo reciben también apoyo psicológico. «Deben asumir que la persona que van a encontrar tiene una cara distinta». Respecto al paciente, lo más importante no es, a juicio de Barret, que «acepte que va a tener otro rostro, sino que entienda que va a ser un enfermo de por vida». A la pregunta de ¿cuánto tiempo tardan en mirarse al espejo?, el cirujano apela a la escasa casuística que dice que los trasplantados no tardan más de cinco días en enfrentarse a su nueva imagen.
Todo preparado en Sevilla
Por su parte, la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, aseguró ayer que el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla «tiene todo preparado, tanto técnica como profesionalmente, para realizar la intervención quirúrgica del trasplante. Lo único que falta para comenzar es un donante».
