En la explanada que une a modo de imán Oviedo, Gijón y Avilés, en el valle de nombre La Morgal, allí donde el Papa Juan Pablo II congregó a cientos de miles de asturianos en su visita de 1982, ha levantado Fernando Alonso un proyecto con vistas al futuro. Un complejo deportivo que llevará su nombre y que incluirá un circuito de karting, otro de educación vial, y un museo. Una obra integrada en un extenso terreno dedicado al deporte (golf, velódromo, aeródromo...) que amplía el horizonte empresarial del piloto. Un equipo de ciclismo, una marca de ropa, este plan en su tierra natal... Alonso está invirtiendo para el día después de su retirada de la Fórmula 1. Ayer presentó el circuito de La Morgal.

Acompañado por el presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, con el soporte técnico de Renault, y flanqueado por su mundo (el R23, el R29 más un par de karts de su época cadete), Alonso tuvo palabras cariñosas para el proyecto. «Será un circuito de karts al primer nivel, que ojalá algún día albergue campeonatos de Europa. Se ha dedicado mucho tiempo y mucho mimo. Y, bueno, espero que los niños tengan las instalaciones que yo nunca tuve».

El piloto, que hoy realizará una exhibición en las calles de Oviedo -su ciudad natal- en la que se esperan más de cien mil personas, mostró su lado más afectivo con el museo que llevará su nombre. «Voy a entregar todos mis monoplazas, los monos, los cascos, mis recuerdos... Mi primera licencia. Es de 1984. Yo tenía tres años».