El alcalde de Pozuelo de Alarcón, Gonzalo Aguado (PP), estaba consternado por los graves disturbios que se produjeron en su municipio. No tenía ninguna explicación para la batalla campal que se desató pasadas las dos de la madrugada en el Camino de las Huertas. «Ha sido un ataque de locura colectiva que no sé a qué atribuir. Buscaremos una razón, si es que la hay», dijo a ABC.

El regidor relató que él se retiró a su domicilio poco antes de que se desatara la trifulca, y que las fiestas patronales discurrían con total normalidad. Lo único que le sorprendía era la exagerada afluencia de personas, mucho más numerosa que otros años. Ello, a su juicio, pudo haber influido en la revuelta colectiva, además de la ingesta de alcohol.

No participó ningún radical

Interrogado sobre la supuesta participación de bandas o grupos radicales de distinto signo en los disturbios, como apuntaron algunos testigos, Aguado recalcó que la Delegación de Gobierno le había indicado que no se había identificado a nadie de esos grupos.

Otro aspecto cuestionado por algunos jóvenes fue el traslado de la discoteca portátil y de las casetas del Camino de las Huertas al centro del pueblo, lo que pudo influir en los hechos. Aguado replicó que «pensamos que acercar las instalaciones al casco era mejor». Ahora, velarán por la normalidad e investigarán lo sucedido.