Cuenca es una de las ciudades más bellas de la geografía española. Perteneciente a Castilla - La Mancha se alzó con el galardón de Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1996.

Los ríos Júcar y Húecar han sido los culpables de su insólita arquitectura. Calles angostas y viviendas suspendidas en el abismo llaman la atención de esta pequeña ciudad en la que viven aproximadamente unos 53.000 habitantes.

El mayor reclamo turístico de Cuenca son sus Casas Colgadas, que no Colgantes, como muchos se empeñan en denominar. Estas emblemáticas casas, que coronan la Hoz del Huécar, fueron construídas en el siglo XIV. Se cree que fueron residencia de verano de los reyes en la Edad Medieval y en la actualidad albergan en su interior un Mesón Típico y el Museo de Arte Abstracto Español. Este museo exhibe una exposición permanente de pinturas y esculturas de artistas españoles de la generación abstracta de los años 50 y 60: Millares, Tápies, Sempere, Torner, Rueda, Zóbel, Saura, etc.

Cuenca se encuentra dividida en dos zonas. La zona alta recoge todo su patrimonio cultural mientras que la zona baja es de construcción nueva pasando a ser el eje económico y social de la ciudad. En la parte alta encontramos el Archivo Provincial, antes cárcel y sede del Santo Oficio; el Museo de Arte Abstracto, en la más bella de las Casas Colgadas; y la Fundación Antonio Pérez, en el que fuera Convento de las Carmelitas, entre otros, la catedral de Nuestra Señora de Gracia, considerada como el más temprano ejemplo de estilo gótico en España.

Otra de las maravillas de Cuenca se encuentra en medio de un extenso pinar en la Serranía. Se trata de la Ciudad Encantada. Uno de los más bellos parajes calcáreos creados al antojo de la naturaleza. Esta ciudad imaginaria, en la que aparecen fantásticas figuras, fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional en el año 1929.

Además de su patrimonio natural y monumental, la Semana Santa de Cuenca también es digna de conocer ya que está declarada de Intéres Turístico Internacional. Una de las procesiones más multitudinarias es la procesión del Calvario, que se celebra en la madrugada del Viernes Santo. También es conocida por la procesión de Las Turbas. La misión de las turbas es simular la burla de la que fue objeto Jesucristo camino de la cruz. Los conquenses, vestidos de nazarenos, hacen sonar sus tambores con ritmos y técnicas transmitidas de padres a hijos.

Otro de los muchos reclamos para visitar Cuenca es su rica gastronomía en la que destacan el conejo al ajillo; el cuchifrito; el morteruelo; los zarajos (tripas de cordero lechal fritas); la perdiz en escabeche y el cordero asado. Para endulzar la visita a esta ciudad nada como probar el alajú, un dulce elaborado con higos, almendras y miel, o probar las rosquillas fritas, los bizcochos de canela, el pan de pasas o las obleas.