Hace siete años que los partidos políticos deberían haberse enterado de muchas de las irregularidades en la gestión del Palau de la Música Catalana y del Orfeó Català que saltaron a la opinión pública en julio pasado y que hoy se instruyen en el Juzgado número 30 de Barcelona. Eso se desprende tanto de las declaraciones que el Síndic major de la Sindicatura de Comptes de Catalunya, Joan Colom i Naval, hizo a primera hora de la mañana de ayer a Catalunya Informació como del informe emitido en 2002 por la entidad fiscalizadora de la gestión económica, financiera y contable del sector público sobre el año fiscal 2000 del auditorio modernista.

Es más, según informaron a ABC fuentes de la Sindicatura, el citado informe se debatió en comisión parlamentaria el 25 de febrero de 2003. Colom afirmó que la investigación «se envió al Consell Executiu de la Generalitat, al de Finanzas y al de Cultura. Y si se hubiese enviado hoy, también estaría en el despacho del alcalde de Barcelona». Las mismas fuentes excusan al entonces alcalde Joan Clos, porque no se tiene constancia de que el informe se hubiese enviado al Ayuntamiento, contrariamente a como sucedió con las citadas consellerias. Joan Vilajoana, a cargo de la Conselleria de Cultura en el momento de la auditoría, afirmó a la emisora que, en el caso de F_lix Millet y del Palau de la Música, no se hacía «un seguimiento estricto, porque los resultados económicos del Palau eran muy positivos», mientras Colom insistía en que «a menudo los informes de la Sindicatura se pasan por alto, y por esto las administraciones no actúan».

El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, manifestó que «debería haber un organismo de control más ágil» y menos complejo para que no vuelvan a producirse casos como éste, mientras que la consellera de Justicia, Montserrat Tura, reconocía que, probablemente, las auditorías del Palau podrían «haber sido irregulares». Se da la circunstancia de que el ex secretario del Palau, cesado por un supuesto fraude a Hacienda, es el actual jefe de los servicios jurídicos de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals.

Manifiesto de los gestores

Algunos de los más importantes gestores culturales de Cataluña a cargo de equipamientos públicos -a diferencia de la naturaleza privada de algunos estamentos del Palau-, salieron al paso de las afirmaciones que F_lix Millet apuntaba en su carta de confesión en lo relativo a la práctica «habitual» del pago en «dinero negro» en el mundo del espectáculo. En el documento, firmado por Cesc Casadesús, director del Mercat de les Flors; C_sar Compte, director del Centre dŽArts Esc_niques de Reus; Alfred Fort, administrador del TNC; Joan Francesc Marco, director general del Liceu; Bartomeu Marí, director del MACBA; Maite Ocaña, directora del MNAC; Joan Oller, director general de LŽAuditori y Pep Pla, director artístico del Centre dŽArts Esc_niques de Terrassa, se afirma que «en ninguna de las instituciones representadas por los firmantes se hacen pagos sin la correspondiente factura, ni a artistas, ni a agentes, ni a nadie. Desmentimos con rotundidad la afirmación del Sr. Millet que sea una práctica habitual en el sector pagar en negro a intérpretes o intermediarios. Todas nuestras instituciones gestionan estos pagos sin ninguna irregularidad».