«Ser actriz es tan divertido, todo el mundo quiere tenerte contenta»
Álex de la Iglesia se rinde ante el talento de Carmen Maura | REUTERS
En los funerales y en los premios, los comentarios suelen ser unánimes, pero el consenso que suscita Carmen Maura va más allá, es sobrenatural. El adjetivo lo empleó Álex de la Iglesia para definir el talento de la actriz, a quien entregó ayer la Medalla de Oro de la Academia de Cine en reconocimiento a una trayectoria profesional de cuatro décadas.
El presidente de la Academia leyó «un texto precioso que he escrito» y la madrileña reconoció que el director de «La comunidad» le había dicho su mejor piropo: «Que soy como un hipermercado, en el que se puede coger lo que uno quiere». La madrileña también admitió que «el único momento difícil» de su carrera fue «hacer «Mujeres al borde de un ataque de nervios»», aparte de un crítico teatral que le hizo llorar dos columnas. La actriz también recordó lo que le dijo el manchego en su reencuentro en «Volver»: «Es increíble, porque después de veinte años eres la misma». «Lo increíble», dijo ayer Maura, «es que yo no tenga más mal rollo».
Menos conciliadora («una de las ventajas de ser mayor») se mostró con Coppola, con quien trabajó en «Tetro». «Es supersimpático, pero a los argentinos los trataban muy mal, les pagaban fatal». También explotó la pompa que alguno pueda ver en su oficio: «Es tan cómodo ser actriz... Dirigir no. Te tiene que gustar ser el jefe, pero ser actriz es tan divertido... Todo el mundo quiere tenerte contenta». «Premios tengo bastantes», dijo por último, pero la Medalla de Oro «es buena por su repercusión, ahora que hemos perdido tantos fans». «Pero los estamos recuperando a patadas», atajó De la Iglesia, en una expresión quizá demasiado espontánea.

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