Florentino, a su llegada al estadio del Alcorcón
Actualizado
Miércoles
, 28-10-09 a las 08
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Florentino Pérez llegó al estadio de Santo Domingo para darse un baño de multitudes. Después de pisar el césped y repartir saludos, se esfumó por el vomitorio que accedía hasta los vestuarios. Hasta allí también se desplazaron Jorge Valdano, Miguel Pardeza y Butragueño. En el palco no entraba un alma más. Estaba a tope. El presidente del Madrid vislumbró enseguida el desastre.
Su cara fue un poema desde el minuto uno. Estaba pasando un ridículo espantoso. El partido le estaba dando la razón en su foro interno. No traga con Pellegrini y ahora se sentía legitimado para levantar la voz. Explicaciones le tuvo que dar Pardeza al final del partido, en un corrillo improvisado en la puerta del vestuario del Madrid.
Era el primer varapalo serio. El presidente tuvo que aguantar el desaire de un maleducado seguidor: «Florentino, eres un caradura».
No se salvó nadie. El ridículo lo comandó Guti. Firmó un partido que puede tener consecuencias para su futuro en la entidad. No ha estado muy afortunado el «14» en los últimos días. El domingo, después de empatar el sábado en Gijón, llegó dos horas tarde al ensayo. Y eso que esa misma madrugada se había retrasado la hora. Aparte del descuido, La lió. Regaló una innecesaria peineta a unos aficionados que le increparon cuando se dirigía al vestuario. Un mal gesto, que tuvo su continuidad minutos más tarde. Apareció ya duchado en el césped y se sentó en el banquillo. Un responsable del Real Madrid le indicó que no era imagen apropiada. Además que no podía según el Reglamento.