Manuel Pellegrini puso en liza ante el Zúrich al equipo que presumiblemente jugará en Barcelona. Sólo baila un puesto. El que ocupó Raúl. El capitán ahora no cuenta para el inicio de los partidos, menos si el rival es de entidad. Para ese rol hay dos candidatos. O más bien tres jugadores para dos plazas. Es muy posible que el entrenador mantenga el centro del campo, con Marcelo escorado en el costado izquierdo y faltan por definir los dos puestos de ataque.

Los tres candidatos son Cristiano Ronaldo, Benzema e Higuaín. Las combinaciones son múltiples y todo dependerá del estado físico del portugués. Si estuviese bien no habría dudas. Una para él. ¿Y la otra? Sobre el papel debería ser para Benzemá. Pero el francés continúa buscando su mejor identidad en este Real Madrid. Y lo peor para él es que Higuaín ha entrado en racha. El delantero ha marcado en varios de los últimos partidos.

Una papeleta para el entrenador. Un sudoku que debe resolver en los próximos entrenamientos. Ante el Zúrich, el «Pipa» fue de lo mejor que se llevaron a la boca los seguidores madridistas y chocaría no verlo de inicio en el Nou Camp. Le faltan galones para mirar por encima al resto. Sigue con el cartel de segundón, atrapado entre las propuestas millonarias de Benzema y de Cristiano.

El premio está detrás del estado físico de CR. El Madrid le necesita. Desde que no juega ha perdido la mejor pegada en ataque. La afición así lo entiende. Menuda ovación se llevó al inicio de la segunda parte cuando comenzó a calentar en la banda. Más de veinte minutos empleó para poner los músculos a tono.

Y otros veinte para acabar con la resistencia del Zurich. Lo hizo por Raúl. Nuevos tiempos. Jugó en la banda izquierda. Y en su primera carrera calentó el ambiente. Hizo poco más, en un partido anestesiado. Se atrevió con una rabona, fallida por cierto, y la gente no la aceptó de buen grado.