El Sporting saca de quicio al Villarreal
SportingVillarreal
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Sporting: Juan Pablo, Lora, Gregory, Botía, Canella, Michel, Rivera, Luis Morán, De las Cuevas (Carmelo m 76), Diego Castro (Matabuena m 85 y Barral (Bilic m 65)

Villarreal: Diego López, Ángel, Gonzalo, Godin, Capdevila, Bruno, Senna (Eguren m 59), Cani (Ibagaza m 76), Rossi, Nilmar (Llorente m 65) y Pires.
Goles: 1-0 Bilic (m 73)

Árbitro: Clos Gómez. Expulsó po roja directa a Gonzalo (m 74) y mostró tarjetas amarillas a Barral (m 58), Pirés (m 81), Eguren (m 86), Bruno (m 88)

Incidencias: En los prolegómenos del encuentro Diego Castro recibió el trofeo Molinón de Plata que concede la Federación de Peñas Sportinguistas al jugador más regular a lo largo de toda la temporada. La plantilla del Sporting saltó al terreno de juego con una camiseta de ánimo al portero Iván Cuéllar recientemente operado de rotura de ligamentos en una rodilla por lo que es baja el resto de la temporada. Presenciaron el partido unos 17.000 espectadores.
Domingo , 29-11-09
Las estadísticas están para romperlas, pero los números son objetivos. Expresan hechos, no opiniones. Exponen realidades, no visiones parciales. El Sporting demostró las razones por las que no ha perdido en El Molinón y es el cuarto equipo menos goleado de Primera, con diez tantos en contra, superado por Real Madrid, Barcelona y Sevilla. Y el Villarreal confirmó los argumentos por los que no ha vencido a domicilio. El equipo asturiano presiona desde arriba, no deja pensar al rival, para buscar el triunfo al contragolpe. El castellonense marea la perdiz sin saber cómo romper la defensa contraria. Su problema añadido es que Gonzalo, demasiadas veces, le condena a la derrota con penaltis excesivos en su intención de impedir el remate. Es mejor dejarlos disparar. El balance de esta diversidad es que el conjunto gijonés mira la Liga de Campeones a cuatro puntos. Aunque no es su meta, le gusta. Y el cuadro valenciano no huye del peligro.
El lema: no dejar jugar
Los hombres de este preciado entrenador que dirige a los rojiblancos ganaron al submarino porque le pusieron las cargas de profundidad desde el área amarilla. Barral, Diego Castro y Morán marcaban a los zagueros al borde del área. Míchel y Rivera no dejaban recibir a Senna. El resultado en el verde tablero de ajedrez era evidente. Los peones no dejaban salida a los alfiles y a los caballos del Villarreal, que nunca pudo hilar su fútbol desde atrás. Sin poder jugar, no podía enseñar su clase. Tipo listo este Manuel Preciado, que ha colocado a su club en el sitio que le corresponde por historia.
López paró los dos penaltis
El partido vivió esta batalla estratégica hasta que el contraataque local puso broche a su éxito táctico. De las Cuevas penetró en el área enemiga y Gonzalo, impotente, acabó con el problema con una zancadilla que Clos Gómez sancionó con la Biblia del Reglamento: penalti y expulsión. En esas surgió Diego López.
El cancerbero es sensacional en sus reflejos. Brillante en su visión para descubrir el lado por el que se lanzan las penas máximas. El ex portero madridista despejó el lanzamiento de Rivera. Menos mal, para el Sporting, que Bilic cazó el balón repelido para anotar el 1-0. Menos mal porque Diego rechazó posteriormente otro penalti, lanzado por el croata, consecuencia de un codazo de Eguren. López no podía luchar solo contra los elementos. Y el Sporting vive días de vino y fabes.

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