
ARCHIVO CENTELLES Una de las imágenes que conforman el legado de Agustí Centelles
Martes
, 01-12-09
Ahora que el tira y afloja de los papeles de Salamanca ya se daba prácticamente por zanjado, otra polémica ha reavivado el conflicto político-memorialístico. En este caso, tanto Generalitat como Gobierno son meros actores secundarios en una película protagonizada por Sergi y Octavi Centelles, hijos del fotoperiodista catalán Agustí Centelles y herederos de su legado. Un legado compuesto por cerca de 10.000 negativos que el llamado «Robert Capa catalán» escondió en el exilio durante casi cuarenta años y que sus hijos han vendido al Ministerio de Cultura por 700.000 euros para sorpresa de la Conselleria de Cultura de la Generalitat.
Es más: después de un fin de semana cargado de declaraciones cruzadas, el conseller de Cultura de la Generalitat, Joan Manuel Tresserres, denunció ayer «la gravedad de los hechos» y acusó al Ministerio de Cultura de «deslealtad flagrante» al no comunicar la compra del archivo de Centellas. «No hace mucho, una descendiente de Juan Negrín se dirigió con su archivo a la Generalitat y lo que hicimos fue redirigirla al Gobierno. Lo que esperábamos es que hubiesen hecho lo mismo», señaló Tresserres, quien recordó que la Generalitat llevaba negociando la compra del archivo desde el pasado mes de febrero.
Para la familia, sin embargo, todo se reduce a que la oferta de Cultura era la mejor. Puede que no la mejor económicamente -la casa de subastas Christie´s llegó a ofrecer 850.000 euros- pero sí que la que, según la familia, ofrecía más y mejores soluciones para la divulgación del legado de Centelles. Así, mientras la Conselleria de Cultura presentó una oferta de 500.000 euros -más los gastos derivados de la explotación comercial del fondo hasta 2015- y el compromiso de una exposición «de relieve», un catálogo y un premio de fotoperiodismo, la del Ministerio incluía, además de 200.000 euros más, exposiciones en España y Estados Unidos, la creación de un premio internacional y la edición de una biografía.
Para la Generalitat, sigue pesando «el valor simbólico para el pueblo catalán» del archivo de Centelles, por lo que aún se espera un «gesto conciliador de buena voluntad» que evite la salida del archivo. Según reconoció Tresserres, su margen de maniobra «es muy limitado» y la incoación del expediente de inclusión del archivo en el catálogo de Patrimonio Cultural de Cataluña no es más una fórmula con la que la Generalitat se garantizaría el «derecho de tanteo y retracto».
Nada parece que vaya a cambiar el rumbo de los acontecimientos. Máxime después de que las continuas críticas llevasen a los hijos de Centelles a enviar ayer un comunicado a la ministra de Cultura, en el que expresaban su voluntad de que el archivo permanezca «de manera exclusiva en las instalaciones del centro documental de la memoria histórica de Salamanca». Los herederos del fotógrafo advertían de que si el Gobierno cedía ante la Generalitat, romperían el acuerdo. Sinde quiso dar ayer el tema por zanjado asegurando que la obra de Centelles estaría disponible «para todos los ciudadanos de Cataluña y el resto de España» en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.
