No todo ha sido darse de bruces contra la dura realidad. Un importante tanto a favor de Obama es su reforma sanitaria: un avance histórico para el limitado estado del bienestar de Estados Unidos
Algún acierto también hay
Publicado Domingo , 17-01-10 a las 03 : 12
Se suele considerar que los primeros doce meses de todo nuevo ocupante de la Casa Blanca conjugan el periodo de mayor inexperiencia con el de mayor margen de maniobra para obtener resultados. Es el momento para ser ambicioso pese a los riesgos de fracaso. Ya que los grandes cambios e iniciativas se verán luego ralentizadas por tensiones electorales.
En el caso de Barack Obama, su absoluta prioridad doméstica ha sido la reforma sanitaria. Un cambio que venía impuesto por un sistema básicamente privado, con unos costes prohibitivos incluso para la mayor economía del mundo. Y que además deja sin cobertura médica a más de 40 millones de personas. Las dos Cámaras del Congreso han aprobado proyectos con grandes diferencias que ahora deben ser conciliados en un texto final con un coste estimado en torno al billón de dólares durante la próxima década. Si se culmina la jugada, la Administración Obama habrá logrado el mayor avance en el limitado estado del bienestar americano desde las pensiones de jubilación iniciadas en los años treinta y la cobertura sanitaria para la Tercera Edad aprobada en los sesenta.
Gracias en buena parte a la intervención poco convencional de la Reserva Federal, la Administración Obama ha logrado también resultados tangibles a la hora de estabilizar el sistema financiero de Estados Unidos, al borde del colapso en el otoño de 2008. Aunque el flujo de crédito no se ha recuperado como sería deseable, la banca ha vuelto a cosechar ganancias similares a las obtenidas antes de la crisis. Con bonos y compensaciones para sus ejecutivos que se aproximan, o incluso superan, a los distribuidos en el año 2007. De hecho, la Casa Blanca se dispone a imponer un polémico gravamen especial para compensar las pérdidas vinculadas al paquete de rescate de Wall Street.
En lo que se refiere a la siempre espinosa cuestión racial, el primer presidente no blanco de Estados Unidos ha sabido mantener su elegancia ante el mayor factor de divisiones internas en la sociedad americana. Con un llamativo, contagioso y sostenido optimismo entre la comunicada afroamericana. Durante el verano, Obama fue capaz de rectificar con rapidez y desactivar con ayuda de unas cervezas en la Casa Blanca la dañina polémica generada por la detención policial de un profesor negro de Harvard. Simbolismo con espuma que vino acompañado por la trascendental y pionera nominación de la hispana Sonia Sotomayor como magistrada del Tribunal Supremo.
Irak también va camino de convertirse en un frente de prestigio rectificador para la Administración Obama. El pasado diciembre ha sido el primer mes desde el inicio de esa guerra en 2003 que ha terminado sin ninguna baja mortal para el Pentágono. Lo cual sirve como incentivo para la prometida retirada militar que la Casa Blanca aspira a iniciar este verano y completar justo antes de que arranque el próximo pulso presidencial en el año 2012

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