«Tendremos que volver a Perpiñán a ver películas», augura el PP. Ciutadans califica la norma de «estocada mortal» al sector
La ley del cine catalán supera su primer trámite parlamentario
Los votos de las formaciones que dan apoyo al Gobierno catalán —PSC, ERC e ICV—, unidos a los de CiU, permitieron ayer que el Parlamento catalán diera luz verde a la tramitación de la polémica ley del cine, donde se obliga a las salas a doblar o subtitular en lengua catalana la mitad de las copias de las películas.
El rodillo nacionalista rechazó las enmiendas a la totalidad de PP y Ciutadans contra un proyecto que podría ser aprobado en mayo y que prevé multas de 75.000 euros si se incumplen esas cuotas.
El consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras (ERC), defendió el proyecto ante representantes del Gremio de empresarios del cine que acudieron al Pleno parlamentario. Este colectivo hizo huelga el pasado 1 de febrero en protesta por esta nueva normativa. Sin embargo, Tresserras aseguró que hay voluntad de consenso en una ley necesaria, según dijo, para reconocer la especificidad de la lengua catalana.
El presidente de Ciutadans, Albert Rivera, calificó esta norma «intervencionista» como una «estocada mortal» a un sector en crisis al que «se ha criminalizado» por no aceptar cuotas y sanciones. Asimismo, reprochó al consejero de Cultura que no haya negociado la ley con el sector y que defienda el monolingüismo en contra de una realidad catalana bilingüe. Rivera abogó por la normalización del catalán en el cine, «pero no a base de multas» y de pretender «construir un Estado propio» con el dinero de productores y exhibidores.
Por parte del PP intervino el diputado Rafael López, quien aseguró que la ley, debido a una «obsesión lingüística», llega «en el peor momento posible», es decir, en plena recesión. Y aportó cifras: desde 2004, año en el que el tripartito asumió el gobierno en Cataluña, se han perdido siete millones de espectadores, 18,5 millones de euros de facturación y quince salas de exhibición. López acusó a Tresserras de obviar la propuesta de los exhibidores consistentes en crear una red de 53 pantallas en catalán. «Gracias al tripartito, tendremos que volver a ver cine y toros en Perpiñán, Valencia o Zaragoza», dijo el diputado popular, en alusión al proyecto de ley de supresión de las corridas de toros que también se tramita en la Cámara catalana.
«Franco ya ha muerto»
La diputada de ERC, Maria Mercè Roca, dijo que el catalán es una lengua «menospreciada» en el cine por culpa del régimen franquista y puso como ejemplo el hecho de que la película «Avatar» no pueda verse en este idioma. Aseguró que todas las leyes observan derechos y deberes cuyo incumplimiento comporta sanciones. Las referencias a la dictadura propiciaron las réplicas de PP y Ciutadans, quienes recordaron a Roca que «Franco murió hace años».
El diputado de CiU, Jordi Cuminal, aseguró que la lengua propia y «el nervio nacional» de Cataluña es el catalán y tildó de «vergonzoso» que después de 30 años de democracia, sólo el 3% de la oferta cinematográfica se haga en ese idioma. No obstante, defendió más la «seducción» que la «imposición».
Josep Maria Balcells (PSC) y Dolors Camats (ICV) dieron por superado el debate sobre la inmersión lingüística y precisaron que se trata de una «ley industrial» y «dinamizadora».

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