Lunes
, 01-03-10
D. M./ J. P.
MADRID. La caída de Ibon Gogeaskoetxea Arronategi podría llevar a Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, alias «Ata», a la jefatura del «aparato militar» de ETA, según fuentes de la lucha antiterrorista que ya vienen destacando el papel emergente de este etarra de «última generación» favorecido por las sucesivas decapitaciones de la cúpula.
Hasta hace poco, Karrera Sarobe tenía responsabilidades en la «logística» del «aparato militar». Fue él quien alquiló la furgoneta que con destino a Portugal fue interceptada por la Guardia Civil en Zamora, así como el vehículo lanzadera localizado en el país luso. Para realizar esta operación Karrera utilizó una tarjeta de crédito y documentación falsa, que le obligó a alquilar una vivienda como justificante porque así lo pide la legislación gala. Así pues, la Policía dispone de pistas sobre quien podría ser el máximo jefe de los «comandos» operativos a partir de ahora.
Aunque al frente del «aparato logístico» se sigue situando al hermano de Ibón, Eneko Gogeascoechea, las fuentes consultadas no descartan que ahora este terrorista pase a desempeñar un papel destacado en las «estructuras militares», dado que ya lleva tiempo en el organigrama dirigente de la banda.
En el «aparato político» se mantiene la ex cabecilla de las Gestoras pro Amnistía Iratxe Sorzábal, que formó parte de un «comando» al que se le atribuyen tres asesinatos. A esta terrorista podría acompañar algunos ex responsables de Batasuna o grupos afines huidos recientemente a Francia para eludir la actuación de la Justicia.
Estos tres individuos formarían parte del «zuba» (comité ejecutivo) de ETA en el que podría estar también integrado el veterano José Luis Eziolaza Galán, «Dienteputo», al que se acusa de varios asesinatos cuando fue pistolero del «comando Gohierri Kosta». De este individuo se tuvo pistas en Francia en 2003 que apuntaban a que se había incorporado a la dirección de ETA tras haber permanecido años en América, probablemente en México. Sin embargo, desde hace un tiempo las distintas operaciones policiales en el vecino país no arrojan nuevos rastros sobre su permanencia como activo en territorio galo. Se mantiene así la incógnita sobre su actual cometido.
Otros veteranos como él, -es el caso de Juan Cruz Maiztegi-, han decidido abandonar el organigrama de ETA, al parecer, enfrentado con los terroristas de «última generación».