El gobierno de Angela Merkel sugiere que el FMI es el lugar para el saneamiento y cura de la quebrada hacienda griega
El primer ministro griego, Yorgos Papandréu / EFE
¿Ultimatum o chantaje?
BEGOÑA CASTIELLA | ATENAS
De no tener el apoyo de los socios europeos en la cumbre del 25 y 26 próximos, Grecia buscará la ayuda del Fondo Monetario Internacional. En los pasillos de Bruselas se habla del proyecto que permitiría que el país heleno consiga préstamos de interés mas elevado que la media de los países de la eurozona pero no tan elevados como hasta ahora. De esta manera se frenaría la especulación y sería un importante globo de oxígeno para el gobierno socialista griego que ya ha diseñado un durísimo programa de reforma del sector público , junto con la congelación de salarios y pensiones y reducciones salariales adicionales para los funcionarios. Además el gobierno se ha visto obligado a aumentar el IVA en dos puntos y subir los impuestos sobre alcohol, tabaco, electricidad y productos de lujo .
Hasta ahora Papandreu insistía que Grecia saldrá de su crisis por si sola pero necesita apoyo político inmediato de sus socios europeos. Y para dejar las cosas claras, ha dicho que “Ni queremos el dinero de los contribuyentes europeos, ni el de un Fondo Monetario Europeo”, saliendo al paso de las críticas alemanas . A quienes se preguntan si es un ultimátum de Papandreu o una forma de chantaje, en la capital griega se comenta que es claramente un ultimátum del líder socialista, que querría evitar acudir al FMI.
En los círculos económicos griegos crece la preocupación al verse que por muchas medidas que tome el gobierno, los resultados se verán a medio plazo como pronto pero las necesidades de nueva financiación hasta finales de mayo son acuciantes . Sin embargo el objetivo gubernamental de reducir el déficit público del 12, 7por ciento en cuatro puntos porcentuales hasta el fin de año sigue pareciendo posible.
Actualizado
Jueves
, 18-03-10 a las 20
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El gobierno alemán parece haber decidido que el lugar adecuado para el enfermante paciente griego es el señero sanatorio del Fondo Monetario Internacional y no la ayuda improvisada de los socios de la Unión Europea.
Después de semanas de reticencia a intervenir con un cheque, de propuestas sobre un propio Fondo Monetario Europeo e incluso de sugerir la exclusión de miembros incumplidores del tratado de la Moneda Única, el gobierno de Angela Merkel da un nuevo bandazo y sugiere que el FMI es el lugar para el saneamiento y cura de la quebrada hacienda griega.
Hasta una semana antes, el ministro de Hacienda Wolfgang Schäuble había descartado una intervención del FMI, que estimaba dañosa para la imagen de conjunto del euro, de ahí que apuntara a la creación de un instrumento similar europeo, que recogiera la experiencia del FMI en la intervención financiera de haciendas en crisis.
El activismo alemán, para despegarse del problema de un miembro del euro, no está pasando desapercibido para cuantos recuerdan la largueza de la Alemania de Kohl a la hora de acudir con la chequera, fuese a España como al Reino Unido. Por otra parte, los planes anticrisis de Berlín se han topado con críticas de insolidaridad, por parte de París, así como de vagos e inconsecuentes por parte de la Comisión Europea.
El primer ministro griego se ha mostrado escéptico en Bruselas sobre la última idea alemana, expuesta el día antes por Angela Merkel: "simplemente sancionar no podría ser la solución. Castigar y excluir a un país no sólo sería un fracaso para el país, sino para la propia unión monetaria". Agregó que, sanciones aparte, lo importante sería "asegurar que quien tiene problemas recibe el apoyo necesario".
Papandreu dice preferir que sea la Unión Europea, y en particular la eurozona, la que rescate a Grecia en caso de no poder refinanciar su deuda. No descarta sin embargo acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) si no recibe asistencia comunitaria.
George Papandreu ha dicho, tras reunirse con el presidente de la Comisión en Bruselas, que "Grecia no ha pedido asistencia financiera" sino únicamente "apoyo político", que dice haber recibido tanto del ejecutivo comunitario como del Banco Central Europeo (BCE) y de los ministros de Economía de los 27.
Destacó la dificultad para su Gobierno de tener que pedir prestado "a un tipo de interés excesivo, por encima del 6%, y ello crea un problema económico y también ético. En un momento en que pedimos a la gente que se recorte los salarios", este esfuerzo "se pierde con los altos tipos de interés". De seguir con tales tipos, dijo "no excluir nada", "todas las opciones están abiertas, pero preferíamos una solución europea y esperamos que la UE pueda responder a esto".

