Se acabó la historia de amor entre el diestro Francisco Rivera Ordóñez y la bailarina Cecilia Gómez. Enamorados hasta la médula, inmersos en el proyecto artístico de Cecilia, viviendo juntos desde hacía poco tiempo, seguros de que sus seres queridos apoyaban su noviazgo y convencidos de que lo suyo iba para largo. Así se encontaban hasta hace tan sólo unos días el torero y la bailarina, que formaban una de las parejas más atractivas del panorama social y se suponía que estables.

Hoy la noticia es que han roto. Aún es pronto para conocer los motivos, para hurgar en la herida. Ni Francisco ni Cecilia quieren hablar sobre esas cosas. Velan por su intimidad y hacen bien. Habrá que esperar un poco para que las cosas se enfríen y las aguas se calmen. Sólo sus muy cercanos sabían que la crisis era seria y que la decisión estaba tomada. No es quizá el mejor momento pero estas cosas tampoco se planifican.

Un proyecto común

Cecilia y Francisco se conocieron una noche cuando cenaron con unos amigos. Por entonces el torero salía con la ex miss Elizabeth Reyes, muy amiga de Cecilia. Fueron a un espectáculo en grupo, cenaron y surgió el flechazo. Tenían mucho de lo que hablar. Cecilia le contó emocionada cómo llevaba años planeando un espectáculo basado en Cayetana Alba, la que fuera suegra del diestro, y una de las personas que más le quiere. A Rivera le fascinó la idea pero sobre todo le enamoraron los ojos y la fuerza de la bailarina.

Juntos comenzaron un proyecto de vida en común que ha terminado cuando menos se esperaba. Su historia, que parecía larga y segura, ha terminado antes de que se cumpliera el primer año de conocerse.

Centrados en sus respectivas profesiones, hoy por hoy la mejor manera para superar el momento es justamente trabajando. Rivera torea este fin de semana en Valencia y se encuentra entrenando para darlo todo en la plaza. Por su parte, Cecilia anda inmersa en los ensayos de «La pasión de Cayetana» y sabe que lo más importante es entregarse al sueño que en poco tiempo se hará realidad y que supondrá su debut en solitario tras ser durante ocho años una de las bailarinas de la compañía de Sara Baras.