Una de las anotaciones que rescatamos este lunes en la blogosfera nos acerca al mundo fotográfico, geológico y matemático, a través de unas unas imágenes realmente espectaculares que ha captado Marcos Molina desde la cima del Puig Roig en la Sierra de Tramontana (Mallorca).

Desde allí arriba, este mallorquí y fotógrafo profesional, tuvo la enorme suerte de poder contemplar, no sólo las principales montañas del litoral catalán que habitualmente y en días despejados se pueden ver desde allí, como Montserrat, el Tibidabo, la Mola de Sant Llorenç del Munt o el Montseny, sino que las excepcionales condiciones climáticas y atmosféricas del momento, le permitieron llegar más allá, captando los principales picos del pirineo catalán situados cerca de 300 kilómetros de ese punto y poniendo de paso, casi en entredicho, las diferentes teorías físicas sobre la esfericidad de la Tierra.

La pureza del ambiente, la nula contaminación del aire y una puesta de sol adecuada facilitaron enormemente la posibilidad de contemplar tan bella escena. Un buen equipo profesional y un posterior procesado de las imágenes se encargó del resto. Os recomendamos ver los vídeos y fotos que ha colgado Marcos, en su blog. También interesante es el debate que se ha generado en torno a la posibilidad de haber tomado las fotografías sin que se produjera un fenómeno extraño, ya que, como el propio autor comenta, se trata de "una experiencia que me ha hecho cambiar de opinión sobre la esfericidad del globo terráqueo y por tanto, sobre el teorema de Pitágoras y el consiguiente cálculo del horizonte aparente. Una observación de un objeto tan lejano —a pesar de la altura y sin refracción de por medio— no puede explicarse aplicando dicho concepto".

Tras solicitar la ayuda de los ávidos lectores y comentaristas, parece que las matemáticas han terminado explicando lo que, a simple vista, parece imposible.