Emma Thompson: «Una de las características más peligrosas del ser humano es la obediencia»
Emma Thompson, en Madrid. / ABC
Actualizado Viernes , 30-04-10 a las 12 : 43
Emma Thompson dejó a su paso por Madrid una estela de simpatía que caló entre los periodistas. Accedió a disfrazarse de niñera para los fotógrafos y estiró sus conocimientos de español con meritorio esfuerzo. La británica (Londres, 1959), inteligente, guapa y con sentido del humor, ha escrito y protagonizado “La niñera mágica y el big bang”, que lejos de hablar del acelerador de partículas, supone el regreso de Nanny McPhee, personaje creado por la escritora Christianna Brand.
¿El público infantil es más agradecido que el adulto?
Es una coincidencia que haya salido en Harry Potter y ahora en “La niñera mágica”. “Sólo” he tardado cuatro años y medio en escribir esta película. Es cierto que se puede ver como una cinta para niños, pero yo no escribo pensando en ellos, sino que tengo mis propias exigencias. Mi padre, que también escribía para niños, decía que no entendía por qué hablo con ellos igual que con los mayores, pero son como cualquier persona, solo que no han vivido tanto tiempo. Como es obvio, hay cosas que es mejor no enseñarles, como la pornografía o la violencia, pero en esta película se trata de temas muy serios, como el divorcio, un padre que se ha ido al a guerra y a lo mejor no vuelve... Quería una historia sencilla, pero profunda. Se puede hablar perfectamente de las emociones a los niños, porque si hay alguien que entiende las cosas del corazón son ellos, lo sienten todo muy dentro.
¿Ha sido difícil adaptar las historias originales? ¿Hasta qué punto la película es una invención?
La primera película no era exactamente una adaptación. Los libros no tienen un principio y un final. No valían para una película. En la primera también era una invención casi todo. Cuando me ofrecieron escribir la segunda película me lo pensé mucho, porque ya soy mayor y no me queda tiempo para hacer todo lo que quiero. Pero me interesaba tanto que acepté. La historia tiene el formato de un western. Tenemos al forastero que llega desde fuera y debe resolver los problemas, a veces de una manera poco usual, y luego tiene que irse o morir. Aquí al menos tenía una salida. Así que ahora me dedico a escribir westerns para la familia. Soy el Sergio Leone de la guardería.
¿Habrá tercera parte?
Primero tengo que ver cómo funciona esta película. Si va bien, evidentemente me pedirán una tercera parte. El otro día hablaba con uno de los productores de “Toy Story”, que ahora está con la tercera entrega, y me comentó que se sentía como con el síndrome de “La guerra de las galaxias 3”. La primera era muy buena, la segunda brillante y la tercera bajó un poco. Las trilogías son muy peligrosas. A lo mejor la clave está en no gastar más dinero. La primera costó 35 millones de dólares y, seis años más tarde, esta ha costado 34.
¿Es una película feminista, en la que sólo mandan las mujeres?
En un sentido sí, pero también porque transcurre durante la guerra, cuando los hombre están fuera.
¿Para un actor supone para una liberación el aspecto físico, salir feo a propósito?
Sí, pero el motivo real son los libros. Cuando leí que el personaje iba cambiando de aspecto pensé que era una idea muy cinematográfica. Es lo que pasa en la vida real. Si empiezas a querer a alguien es como si su cara fuera cambiando, en función de cómo miras a esa persona. Es muy interesante. Cuando he hablado con los niños para preguntarles sobre el aspecto cambiante de la niñera, la mayoría contestan que ocurre porque los niños protagonistas quieren más a Nanny McPhee. Lo que quieren los niños realmente es amar y ser amados. Hay otra idea relacionada, algo más profundo. Una de las características más peligrosas del ser humano es la obediencia. Si un grupo consigue persuadir a la mayoría de que otros son subhumanos, la gente empieza a mirarlos como animales y a instaurarse una política de genocidio, como ya ha ocurrido en distintos lugares. Lo importante aquí es que con una vieja fea y que asusta los niños son capaces de ver más allá y quererla. Es la lección más importante, no que la quieran al final, cuando ya es guapa, sino desde el principio. También les da la idea de querer a alguien que es muy distinto a ellos.
¿Trabajar con niños fue tan peligroso como decía Hitchcock?
Fue realmente fácil porque estaban muy interesados. La única dificultad es recargar su energía, porque no son capaces de repetir muchas veces la misma toma de la misma manera. Y a pesar de lo que dicen de los animales, los cerditos eran encantadores. Eran tan listos que yo habría despedido al resto del equipo para trabajar sólo con ellos. Incluso hice un dibujo para el productor en el que todos los puestos del rodaje eran ocupados por cerditos. Son tan listos que no me extrañaría que en diez o veinte años nos prohiban que los comamos. Estos años voy a tomar tanto como pueda.
¿Su faceta como escritora tiene algo que ver con la dificultad para conseguir buenos papeles?
Sí, a mi edad ya no hay muchos. La mejor opción es escribir algo yo misma.

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