Publicado
Lunes
, 05-04-10 a las 09
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Esto es lo que pasará: Madrid y Barça empatarán. Seguirá el duelo hasta que Messi o Xavi, o los dos, se rompan con tanto ajetreo. El Madrid sacará una leve ventaja y ganará la Liga, pero será una luz fugaz porque vendrá el Barça y se plantará en la final ante el Manchester en el Bernabéu. Le meterá otra paliza y a Florentino se le atragantará la mísera Liga, le dará un ataque, o dos, de ira y empezará a fichar jugadores: cinco delanteros de gran renombre y ningún defensa o centrocampista. Así que a Pellegrini, o mejor dicho, a Mourinho, le darán migrañas porque no sabrá donde meter a Cristiano, Higuaín (si aún está), Benzema, Rooney y Kun (y Kaká).
Después, vendrá el Mundial. Pasaremos la primera ronda con la gorra, luego llegará Portugal y ganaremos en los penaltis después de que Piqué parta en dos a Cristiano con uno de esos resbalones que suele tener el de los chocolates. Ni que decir tiene que a Florentino le tendrán que administrar cinco valium para que no le dé un ataque cuando vea al pibón caído. En cuartos vendrá Italia. Lloverá fuerte antes del partido porque allí es invierno. El campo se pondrá imposible y no podremos mover el balón. Llegarán los de azul y meterán cinco autobuses en su puerta. Tendremos mil y una ocasiones, Buffon lo parara todo y en la única contra ese que tiene una pescadería, el tal Gattuso; o peor, el sosainas de Gilardino con el trasero (que es con lo que suele marcar); o mucho peor, Luca Toni, nos meterá un gol en el 93 y a casa.
Para entonces, los pandilleros surafricanos ya habrán pescado a un periodista incauto, probablemente al bobo que llevan los del ABC para hacer crónicas, y le habrán pegado una paliza para robarle dólar y medio. Le pondrán los ojos como al Guerrero del Antifaz y verá el resto del Mundial justo en la camilla de al lado donde Cristiano reposará con la pierna en alto. Eso sí, logrará una entrevista en exclusiva y a la competencia le dará una urticaria del 27.
Ah, el Mundial lo ganará Argentina y Maradona sacará su humanidad, oronda y basta, para decir aquello de: «A chuparla...»
