El clásico del fútbol español, el que enfrenta cada año a Real Madrid y Barcelona, cuenta con polémicas que han salpicado los duelos durante 80 temporadas, que últimamente se han modificado por elegancia, como la mostrada por el público del Santiago Bernabéu ovacionando a un eterno enemigo.
De polémicas históricas a máxima rivalidad con elegancia
Figo tuvo problemas para sacar los córners en cada una de sus visitas al Camp Nou
Actualizado Viernes , 09-04-10 a las 13 : 58
Real Madrid y Barcelona protagonizan un duelo de histórica rivalidad que siempre deja imágenes para el recuerdo. La mayoría repletas de polémica. En las últimas ediciones de caballerosidad en la batalla.
El primer clásico con problemas fue el 13 de mayo de 1902 cuando los dos equipos se enfrentaron por primera vez en una semifinal de Copa en Madrid, que ganó el Barcelona por 1-3. Desde entonces han sido constantes los enfrentamientos, especialmente a partir de la consolidación de ambos como los dos grandes clubes españoles tras la Guerra Civil.
En 1912, las cosas fueron a más, cuando se produjo una polémica que comenzó a marcar la historia de este duelo. Los jugadores del Barcelona se retiraron del campo a falta de doce minutos para la conclusión de la semifinal de Copa, por sentirse perseguidos por el árbitro.
En 1960 el dominio aplastante del Real Madrid en Europa lo cortó el Barcelona y dos colegiados británicos que pasaron a la fama. Mr.Ellis, en la ida de los octavos de final, pitó en el Bernabéu un penalti tras fuera de juego señalado por el juez de línea, ignorado por el principal, que acabó en gol de Suárez. En la vuelta, Mr.Leafe anuló dos goles que el Real Madrid reclamó como legales, a Di Stéfano y Gento.
El colofón de las polémicas arbitrales lo puso el penalti pitado por Emilio Guruceta en 1970, de Rifé a Velázquez fuera del área, durante una eliminatoria de cuartos de final de Copa en el Camp Nou. Esta decisión del colegiado que se encontraba alejado de la jugada y la posterior expulsión por sus protestas de Eladio, desató unos incidentes de tales dimensiones que se suspendió el partido antes de finalizar y el público acabó invadiendo el césped del Camp Nou.
Miles de anécdotasDos años antes, en 1968, una final de Copa celebrada en Madrid pasó a la posteridad como "la final de las botellas" por la cantidad de envases de vidrio y objetos que lanzó el público apesadumbrado por el triunfo (0-1) conseguido por el Barcelona y enfadado por un penalti no señalado. Desde entonces, se prohibió la venta de bebidas en envase de cristal en los campos de fútbol españoles.
La historia moderna de los clásicos está repleta de anécdotas. A finales de 1990, el búlgaro Stoichkov pisaba al colegiado Urizar Azpitarte en plena final de la Supercopa. Acababa con victoria madridista en el Camp Nou (0-1) y un gesto del mexicano Hugo Sánchez hacia la grada tocándose los genitales.
La polémica no llega sólo sobre el terreno de juego. Parten de él, pero las discusiones y los cruces de declaraciones llegan hasta el palco. Situación que también se ha suavizado en los últimos años por la buena relación de Joan Laporta con los dirigentes blancos.
En 1997, el brasileño Giovanni culminaba el último triunfo liguero del Barcelona en Madrid con un gol en los últimos minutos que celebraba dedicando varios cortes de manga a los 105.000 aficionados que abarrotaban el Bernabéu. Un gesto que simulaba el realizado por Bernd Schuster, de azulgrana, en 1983 al que posteriormente sería su público. Giro histórico que también vivió Figo con su mítico: "vikingos, llorones, saludad a los campeones" en una celebración de un título barcelonista.
Ese mismo año las directivas rompían relaciones tras una acalorada discusión entre Lorenzo Sanz y el directivo Guillem Chicote. El por entonces presidente blanco pidió que encerrasen a su homólogo del Barcelona, Josep Luis Núñez, al que acusó de "chillar y protestar las decisiones arbitrales dando vergüenza ajena", tras ver como a uno de sus directivos le vertían encima el contenido de una copa de champán.
En 1997 Roberto Carlos fue alcanzado por un mechero lanzado desde la grada que le hizo una brecha en la cabeza. Dos años después Raúl González marcaba en el Camp Nou y hacía callar llevándose el índice a los labios, en un gesto para la posteridad.
Máxima crispaciónPero la crispación máxima llegó en las visitas de 2001 y 2002 de Luis Figo al Camp Nou. Es un duelo que añadió un capítulo más a la historia del transfuguismo de jugadores entre ambos clubes. Desde Josep Samitier a Figo, pasando por Schuster, Lucien Muller, Laudrup, Gica Hagi, Luis Enrique o Ronaldo, sin olvidar el enfrentamiento de los años 50 con Alfredo di Stéfano como protagonista.
Figo guarda entre sus peores recuerdos el primer recibimiento de la que fuera su afición. La pancarta de "Judas" con la que en su día recibieron a Laudrup, quedó minimizada al lado del lanzamiento masivo de objetos, que obligó a la suspensión momentánea del encuentro. Hecho que se repitió en noviembre de 2002 cuando llegó a caer hasta una cabeza de cochinillo, símbolo del odio personificado a un jugador del eterno rival.
La polémica acabó protagonizando también el enfrentamiento liguero en el Bernabéu en 2001. Un aficionado madridista perdió los papeles y golpeó al guardameta Reina que luchaba fuera del campo con Raúl para retrasar un córner. El partido acabó en empate y con un gol anulado a Rivaldo a pocos minutos de la conclusión por fuera de juego posicional de tres futbolistas azulgranas, que llenó de indignación al barcelonismo.
Referencias recientes llegaron con el lanzamiento de huevos que recibió David Beckham a su llegada a la Ciudad Condal, una gigantesca pancarta que rezaba "Catalonia is not Spain", que desató un debate nacional o la celebración del título de Liga en el Camp Nou del camerunés Samuel Eto'o, insultando a su ex equipo. Y la última, el láser que persiguió a Cristiano Ronaldo desde la grada en su primer clásico.
El sábado, el Santiago Bernabéu acoge el siguiente capítulo. El mismo escenario que transformó la polémica en deportividad, cuando aplaudió un recital de Ronaldinho el 19 de noviembre de 2005, y donde la afición agachó la cabeza ante la última exhibición azulgrana, 2-6 la pasada campaña, con Leo Messi al mando.

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