Sábado
, 17-04-10
Tan alabado como cuestionado en ocasiones, Julio Medem cerrará el día 24 el Festival de Málaga, que hoy comienza, con el estreno de su nueva película, «Hotel en Roma», donde el cineasta descubre con acusada sensibilidad y bastante erotismo dos almas de mujer a las que dan vida Elena Anaya y Natasha Yarovenko.
El detalle verbal y el gesto entre ellas es tan importante para el cineasta como las formas directas de explorar sus hermosos cuerpos en un encuentro no buscado, que surge en una noche en la que investigar otra forma de libertad disipa en parte las sombras que los personajes de ambas arrastran en sus vidas. «Es una propuesta de remake de En la cama, de Matías Bize, en la que dos desconocidos, dos personas, pasan una noche en un hotel -explica el realizador con un tono bajo y cálido de voz-. Cada uno con su vida, perteneciendo a mundos distintos».
¿Qué ocurre a partir de ahí? «Me interesó, no tanto el remake propiamente dicho, como las posibilidades de la historia. Le di vueltas y opté por ir más allá: en vez de ser un hombre y una mujer, que fueran dos mujeres, una rusa y la otra española: como centro, como inspiración mía y para ellas mismas como actrices. Mi intención era construir una obra muy estética, pictórica; una llamada a la belleza clásica, en este a caso a la de Afrodita. El hecho de que fueran dos mujeres exigía más sensibilidad y precisión».
«Aquí -en "Habitación en Roma"- hay amor y sexo y cariño en poco tiempo. La cinta te lleva fácilmente por el diálogo y la imagen. Es para disfrutarla y lo estoy recomendando: no ponerse en una actitud determinada, es mejor no pensar en nada. Sólo ver y escuchar. Ver lo que se ofrece a los ojos, y al oído, la música de Lourdes, de Russian Red, con el tema "Lover strangers", y la palabra. Hay una propuesta de arte muy fuerte. El cartel, con una fotografía de Ouka Leele, convierte a ésta en una invitada más con un ofrecimiento artístico que ha nacido tras ver la película.
En Internet se olfateó enseguida que esta producción podía ofrecer más de una imagen morbosa. Incluso piden a Medem que se exhiba en 3D. El tema ha llegado al extremo -en palabras suyas-, «de que durante la primera semana de rodaje coincidió con el Festival de Berlín y me pidieron que hiciera un montaje con algo de lo poco que teníamos de cara a los compradores. Habíamos filmado dos escenas sexuales y con eso hicieron un montaje particular que supervisé y no me pareció mal, aunque yo no lo hubiera hecho así. Hace dos meses alguien ha encontrado esos trozos en bruto y están haciendo montajes, incluso han puesto varios tráiler supuestamente oficiales que se han ido quitando, porque son un disparate. Dicen que me aprovecho del sexo para vender. Respondí con un montaje mío. Sí, hay escenas de sexo por atracción, por amor, escenas que lo que inspiran es romanticismo más que un estado de trance como se reflejaba en Internet».