El Premio Cervantes 2009 protagoniza una curiosa anécdota minutos antes de recoger el prestigioso galardón literario de manos de Su Majestad Don Juan Carlos
José Emilio Pacheco, en la Universidad de Alcalá de Henares /EFE
Actualizado Viernes , 23-04-10 a las 16 : 12
El Premio Cervantes 2009, José Emilio Pacheco, ha protagonizado una divertida anécdota minutos antes de recibir el galadón en Alcalá de Henares. El poeta mexicano ha perdido los pantalones y, lejos de hacer un drama estético del asunto, ha apuntado con buen humor que «no tenía tirantes, es muy buen argumento contra la vanidad», ante los periodistas en el Claustro de la Universidad.

Pacheco, que iba acompañado del director general del Libro, Rogelio Blanco, y del rector, Fernando Galván, se detuvo brevemente ante la prensa para expresar sus sentimientos antes de recibir el premio de manos de los Reyes. «Me siento muy nervioso, es un día único e irrepetible. Es una gran fiesta», señaló el poeta mexicano, que señaló que todos «han sido muy generosos» con él estos días. El premio Cervantes 2009 adelantó que pronunciará ante los Reyes «un discurso muy sencillo y muy modesto».

ABC se ha trasladado hasta Alcalá de Henares para contarte en directo y a través de Twitter el acto de entrega del Premio Cervantes. Una vez allí nos hemos topado con las hijas del escritor, quienes nos han confesado que «esto es como un sueño». No es por presumir, que es algo que queda muy feo ni se tiene un buen motivo, pero al decir que somos de ABC sonríen mas y elogian el suplemento cultural.

Como buen poeta trae un discurso brevisimo (muy delgado, de ahí lo de los pantalones). Pacheco sera hoy la síntesis literaria, rodeado de ilustres acompañantes y con la modestia como fiel compañera. Sus Majestades los Reyes entran y suena el himno español. Para cumplir con la tradición, el Rey pasa revista a la compañía minutos antes de entrar en el Claustro de la Universidad.

La comitiva realiza ya el recorrido tradicional hasta llegar ante Pacheco, que espera nervioso e ilusionado. Un Pacheco que, pese a los 15 minutos de gloria warholiana de los que ha venido disfrutando a lo largo de toda su intensa semana, no deja de lado ni por un segundo esa humildad que lleva por bandera vital. Es el premiado número 35 de una larga lista que el año pasado engrosó Juan Marsé. José Emilio Pacheco ha confesado ya que será incapaz de superar el discurso de Marsé.

Entramos ya en el Paraninfo, donde Su Majestad el Rey hará de maestro del solemne acto. La musica es tambien emocion en el rostro de Pacheco y provoca la sonrisa en el rostro de Sonsoles Espinosa, esposa del presidente del Gobierno. Don Juan Carlos le da la palabra a Rogelio Blanco, secretario del Premio Cervantes. El Rey hace entrega del galardón a José Emilio Pacheco, que ya es Premio Cervantes 2009 y lo demuestra profundamente emocionado.

La poesía se abre pasoLa poesia pide paso en la polvorienta quietud del lenguaje de las actas y Pacheco toma la palabra: «Es ésta la experiencia de un niño que una buena mañana asiste asombrado a una representación de un libro». El tiempo y su desvanecimiento, primer tema del discurso. Recuerdos de infancia, y de molinos, para después confesar que nunca se irá del territorio de La Mancha. «Como todo internet es al mismo tiempo la cámara de los horrores y el retablo de las maravillas», dice Pacheco. Al Premio Cervantes le gustaría que el Premio Cervantes hubiera sido para Cervantes... sigue por la senda quijotesca que marca su discurso.

Pacheco baja del estrado tan humilde como sobrio, ¿y de cuantos podriamos decir lo mismo? Finaliza su alocución, en la que además de Cervantes ha estado presente García-Lorca, rememorando lo que Pacheco debe al exilio español, tal y como ha confesado en más de una ocasión. Toma la palabra Ángeles González-Sinde: «La culpa es de las solapas», curiosidad mas que de lectora de creadora... Ya es tradicion en la ministra no conformarse. «Sabemos que Pacheco descubrió muy pronto que cada vez que se escribe vuelve a leerse y cuanto más se lee más se aprende a mirar de otra manera», dice la ministra de Cultura.

«Pacheco es un maestro en el misterio del manejo del tiempo porque además de poeta es un gran fabulista. Quiere hacerse entender y ser claro y contundente, aunque sabe que según se pronuncian las palabras, se marchitan». Discurso nada frio ni formal. Es... distinto a lo habitual. «¿A dónde van los días que pasan? A los versos de Pacheco». Sigue la ministra apoyándose en los versos del Premio Cervantes como hilo argumental de su discurso. Que bien escribe Sinde, reconozcamoslo.

Los elogios del ReySin tiempo para más, González-Sinde acaba su discruso y la sucede su Majestad el Rey Don Juan Carlos, que hace referencia al «compromiso ético y ejemplar» de Pacheco. Don Juan Carlos decide llamarle de usted, no como a Juan Marsé el año pasado. «Un discurso poético elaborado con una cadencia serena que anticipa el tiempo y es crónica de su recorrido vital. En él se hace realidad su reciente afirmación de que la literatura sirve para vivir las vidas que no vivimos», expresa Su Majestad, para continuar diciendo que «ha sido un gran lector, de espíritu curioso y sentido crítico. Su pluma rezuma bondad y modestia, humildad y compromiso fraterno, estando siempre cerca de las personas que sufren».

La poesia no es de nadie, se hace entre todos. El Rey insiste en otros logros de Pacheco como la recuperacion de autores pretéritos o la humanidad...Don Juan Carlos termina su discurso profundamente agradecido ante el premiado y el Claustro estalla en aplausos. Suena el Gaudeamus, que estos muros reconocen: «Se levanta la sesión».

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