La caída de un ídolo
Publicado Lunes , 03-05-10 a las 18 : 06
El británico James Hewitt fue el primer personaje «casi público» que comprendió que si contaba a los medios sus aventuras con la Princesa de Gales, se haría rico y famoso. Hoy, la demoledora moda del «Kiss and tell» («Besa y cuéntalo») empleada por mujeres y hombres de algunas sociedades avanzadas, acaba de destruir la fama y el buen nombre de Jonas Bergström, abogado sueco de fama impecable, ex prometido de Magdalena de Suecia. El fuego abierto de la prensa contra Jonas, antes considerado como uno de los solteros de oro de este reino, que pronto ostentaría el título de Duque de Gästriksland y pasaría a formar parte del núcleo íntimo de la Familia real sueca, ha hundido a este joven que acaba de perder a su familia y a sus amigos, su domicilio en el mejor barrio de esta capital y su trabajo. El 20 de abril por la mañana, el novio de la Princesa ocupaba su elegante despacho en el prestigioso bufete de abogados Vinge. Horas más tarde, cuando «Se&Hør» lanzaba la historia de su supuesta infidelidad con una tal Tora, el mundo de Bergström se deshizo en pedazos y tras ocho años de haber permanecido a la vera de Magdalena, comenzó su difícil existencia al margen de los salones de la alta sociedad, .
La prensa le persigue, sus íntimos (que también son los de «Madde») no quieren saber nada de él, y su familia, que no comprende que se jugara a una carta su brillante futuro, le ha retirado la palabra. Así, el antes tan atractívo Jonas, se encuentra ahora como reza el tango «solo, fané y descangallado», con barba de siete días y sumergido en una profunda depresión. Por su parte en la Corte se juega al «pacto del silencio» y se ha borrado de su reciente historia el nombre de Jonas Bergström, ex favorito de los Reyes. Magdalena por su parte con la cabeza muy alta, sigue su ritmo de trabajo en la Fundación Childhoold de Nueva York.

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