La joven foca empleó la dentadura de su depredador para saltar fuera de sus fauces. Aunque resultó herida, salvó el pellejo. Y el tiburón quedó exhausto, según los testigos, tras lanzar un segundo bocado.
Día 09/09/2010 - 14.39h
the telegraph
La foca tiene nueve meses y el tiburón diez años
Una foca se le sale de la boca a un gran tiburón blanco. No es que éste abriera sus fauces para que su tentempié respirara aire puro, se debió más a un error de cálculo (o de glotonería).
Sea como fuere, la foca aprovechó el momento para saltar por los aires. Dio un paso hacia la libertad mientras el escualo soltaba un segundo bocado. El tira y afloja duró cuatro minutos. El fotógrafo Chris Fallows no perdió ripio de lo acontecido en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). «Llevábamos dos horas en Seal Island cuando ocurrió el ataque. Los invitados que llevaba a bordo de mi barco no podían creerse lo que estaban presenciando», comenta Fallows.
«Curiosamente, la joven foca -de unos nueve meses- empleó la dentadura de su depredador -con diez años de experiencia a cuestas- para tomar el feliz y último impulso que la precipitó fuera de su boca», declaró asombrado a The Telegraph el fotógrafo.
Las focas que caen en una emboscada típica de tiburones-estrategia de «proyectil»- salen indemnes en la mitad de ocasiones, pero nunca cuando disponen de tan pocos centímetros de margen.
En este caso, la foca resultó herida en su parte trasera. Fallows no teme por la vida del animal: «La caricia no fue fatal». El fotógrafo cree que la joven pudo llegar a su refugio marino sin problemas: «El escualo parecía exhausto» tras la fallida enconada.
Seal Island alberga a 64.000 focas y entre 15-25 tiburones blancos (dependiendo de la época del año). La bahía también sirve de hogar a varias ballenas, delfines, aves e incluso pingüinos.
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