Los planes para la construcción de una carretera comercial de dos carriles a través de 50 kilómetros de lado a lado en el norte del Parque Nacional del Serengeti en Tanzania deben detenerse. Así lo reclaman en un artículo de opinión en la revista «Nature» el profesor Andrew Dobson, de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) y otros 26 científicos dedicados a la conservación, quienes detallan los daños que esa carretera podría causar.
Los autores, entre los que se encuentran Markus Borner, director de la oficina en África de la Frankfurt Zoological Society, y Tony Sinclair, máximo especialista mundial en el ecosistema del Serengeti, advierten que la infraestructura que planean las autoridades tanzanas causará un desastre ambiental, principalmente porque supone cercenar la ruta migratoria de 1,3 millones de ñúes. La resultante caída en el número de hervíboros -de millones a cientos de miles, según sus estimaciones- puede precipitar el colapso del ecosistema y el aumento de incendios forestales, la disminución de los ingresos procedentes del turismo e incluso transformar el sistema de un sumidero de carbono que es ahora a una gran fuente de emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.
Más allá de las consecuencias ambientales los autores llaman la atención sobre el potencial desastre económico que podría suponer la construcción de la carretera. Tanzania y Kenia, ambas muy dependientes del turismo que visita los parques nacionales del Serengeti y Masai Mara, respectivamente, podrían verse afectados por un posible descenso de visitantes, rebajando el optimismo creciente del futuro de África.
Una vía alternativa en el sur
Los autores recurren a modelos numéricos y experiencias en otros ecosistemas fragmentados para apoyar su idea de que debe haber «una alternativa a que la carretera discurra por los lugares de Patrimonio Mundial del parque del Serengeti, donde los humanos dieron los primeros pasos». Y así proponen que una carretera en el sur del parque nacional podría «minimizar» los daños ambientales y económicos.
En este sentido, el artículo que se publica en «Nature» asegura que la ruta del sur, ya existente, da servicio a cinco veces más personas que la planeada en el norte, justo por donde pasa una de las rutas migratorias de los ñúes. Y aporta cifras de previsión de uso de la nueva vía proyectada: cada kilómetro daría servicio a 1.024 personas, principalmente pastores masai, cuyo ganado además puede ser víctima del aumento del tráfico rodado, mientras que cada kilómetro de la ruta sur, ya existente, da servicio a 5.950 personas, de las que la mayoría son agricultores que acuden a los mercados de la zona central y costera de Tanzania.




