Cruz Roja Córdoba ofrece ayuda asistencial durante los 365 días al año. Lo hace además en diferentes formas y atendiendo a diferentes públicos. Durante el confinamiento y los meses posteriores en los que la presencialidad no ha sido posible, los voluntarios de Cruz Roja Córdoba han tenido que redoblar esfuerzos para continuar adelante con sus labores.

Álvaro Pareja es monitor en el voluntariado de Cruz Roja Juventud en Córdoba. En los últimos meses ha estado volcado en el área más infantil, dedicándose a la escuela de verano, dedicándose, como él bien indica a «ayudarles a quitarse el sufrimiento». Ese es uno de los objetivos principales de Cruz Roja, aplicado también a los más pequeños en momentos nunca antes conocidos para ellos.

La experiencia de trabajar a distancia ha sido -y lo continúa siendo- muy difícil. Los protocolos están marcados y en muchas ocasiones las dificultades han sido máximas para poder atenderlos a todos. Pese a ello, el esfuerzo y el sacrificio ha sido máximo y la recompensa alta. Ahora, con las leyes un poco más suaves, los proyectos infantiles han recuperado parte de su normalidad.

Para Álvaro Pareja trabajar en Cruz Roja es como hacerlo en su segunda casa. Le llena trabajar con y para las personas. Los proyectos de los que forma parte le han hecho querer ampliar sus estudios y continuar su formación, visión que también traslada al resto de niños con los que trata. Para él, cruz Roja es su «forma de vida».