Carolina Castellano: «Se extiende el consumo peligroso de tranquilizantes que enganchan»

En Hogar Renacer cuentan con un dispositivo clínico al que vienen de toda España para tratar adicciones pero, tras 30 años, la magnitud de su labor es desconocida

La Fundación Pía Autónoma Hogar Renacer es un auténtico refugio para terminar con las adicciones. Es clínica, es centro ambulatorio y es un hogar para los que, en situación de pobreza, son incapaces de lograr la desintoxicación. La gerente de la entidad, Carolina Castellano, afirma que no se conoce la magnitud de lo que realizan, bajo la promesa de devolver a la vida a las personas que abandonan su voluntad por sustancias tóxicas. Las que pierden todo: familia, amigos, trabajo... Un verdadero renacer que lleva más de 30 años y superadas las 6.000 historias clínicas.

—¿Cuál es la misión de la Fundación Hogar Renacer?

—Se dedica fundamentalmente al tratamiento integral de problemas relacionados con el consumo de alcohol y otras adicciones así como al tratamiento especializado de la patología dual, que es la adicción con alguna enfermedad mental asociada. Realmente, esta entidad tiene sus inicios en la atención de este problema entre los más desfavorecidos.

— ¿Qué recursos pone a disposición de sus pacientes?

—Tenemos un dispositivo clínico al que viene gente de toda España para tratar el consumo. Se trata de una atención especializada con profesionales 24 horas al día. Tenemos también un centro ambulatorio, concertado con la Junta de Andalucía algunos días de la semana, que recibe más de 400 personas al mes. Ofrecemos programas especializados, como trajes a medida, para la situación de cada persona. Y también tenemos un hogar en el que viven 48 personas que son adictas y en riesgo de exclusión. También tienen atención de profesionales durante todo el día.

— ¿Por qué se les puede considerar referentes en el campo de las adicciones?

—Creo que una de las claves es que la persona que empezó esta labor, Pedro Muñoz, tuvo la intuición de que en el tratamiento de la adicción hay que intervenir desde la psiquiatría. Y lo vimos claro desde el principio, proporcionar un tratamiento integral. El psiquiatra junto al médico, al lado del psicólogo... Es fundamental la experiencia de nuestros profesionales, que suman más de 20 años en este campo siempre evolucionando a la vez que lo han hecho las adicciones.

—¿Cómo ha cambiado el perfil de vuestros pacientes con el tiempo?

—Ahora parece que recibimos gente con patología dual más severa. Antes podías ver a una persona deprimida, pero ahora tenemos trastornos de conducta desde muy jóvenes porque consumen cosas más fuertes a edades más tempranas. Lo que no ha cambiado es que el problema del alcohol está en la base de muchas adicciones. es una lacra social, un problema cultural que siempre ha habido y para atajarlo no hay que banalizar tanto sus efectos. También se extiende el consumo peligroso de medicamentos psicotrópicos, como los ansiolíticos. Personas con ansiedad y depresión que se enganchan a los sedantes. No es una adicción al uso y parece que el alcohol o la droga son malos, pero las pastillas no. Pero ese no puede ser el escape.

—¿Qué proyectos tiene la entidad?

—Nuestro proyecto más importante actualmente es la construcción de un nuevo ala de habitaciones para el hogar, donde hay personas que no tienen cabida en residencias de ancianos. El edificio actual es muy antiguo y no admite reformas por lo que hay que levantar un espacio para reubicar a estas personas necesitadas.

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