Muchísima fuerza y ánimo escritos en cada renglón de la carta que recibieron en la comunidad terapéutica de La Muela, una de las instalaciones de la Fundación Emet-Arcoiris. La firmaba una expaciente, una mujer que abandonó el centro en octubre después de aceptar su pasado y recobrar su autoestima.

«Valéis mucho y merecéis todo lo que soñáis», le dedica la autora de la misiva al grupo que sigue trabajando su rehabilitación en este entorno protegido y confortable. Problemas de adicciones, trastornos graves de conducta o, en definitiva necesidad de rehabilitación integral de la persona son los motivos por los que se entra a formar parte de este grupo, que se convierte en familia, según reconocen los propios pacientes.

«Seguramente ya habréis pensado qué regalitos queréis que os eche la comunidad estas navidades... Pues os diré que el mejor regalo que os podéis dar es daros tiempo para compartir, dar y recibir. El que vosotras mismas os obsequiéis para celebrar que habéis terminado un año duro, lleno de errores, de superaciones, de batallas y dificultades, pero más lleno aún de aprendizajes. Un regalo que os dais para comenzar un año nuevo que sabéis que será más próspero, ¡Hacedlo más próspero! Luchad porque sea así», empieza el texto.

El 2020 ha comenzado para esta expaciente de la mejor manera. Abandonó en octubre la comunidad terapéutica tras ocho meses de tratamiento. Un tiempo en que ha tenido que trabajar la aceptación de su pasado y el perdón. La autovaloración y autoestima han sido objetivos primordiales en su proceso de cambio, reflejo de sus palabras de fortaleza y empuje para la superación.

«Quiero que os deis el regalo de una nueva oportunidad, que ya no seáis más duras con vosotras mismas y os atreváis a sonreír en la adversidad. Deseo que os regaléis el mejor obsequio de todos: El amor propio. Que os pongáis de pie y os neguéis a recibir juicios de personas que ni siquiera conocen vuestras historias. Es un obsequio que solo vosotras os podéis dar», reflexiona la firmante.

Ella misma cuenta ahora con un buen apoyo familiar que tuvo que reparar por las experiencias pasadas, igual que tuvo que trabajar la puesta de límites y la toma de buenas decisiones. Todo esto, guiado por profesionales y el ejemplo y esfuerzo de sus propias compañeras en La Muela. Precisamente, testimonios de experiencias como esta son cargas de energía para las que siguen trabajando su recuperación.

«No sufráis si no conseguís las cosas tan rápido como quisierais, relajaos, disfrutad de la oportunidad de ser felices con quienes sois ahora, con lo que hacéis y con las personas que os rodean (las educadoras, toda la comunidad y todas esas personas que se preocupan por vosotras de verdad)», apunta en los folios de la carta, en la que también da las gracias «por todo» lo recibido.

«Sed felices, para ser felices con los demás», concluye como consejo, además de desear un próspero año nuevo. En la comunidad se han emocionado con cada palabra de la misiva y se «contagian» de la energía positiva de esta mujer para tomar de nuevo las riendas de sus vidas.