El comedor social de San Juan de Ávila de Montilla ha retomado su actividad tras un descanso en los meses de verano. Para este nuevo curso, desde la organización, expresan la necesidad de voluntarios que apoyen el trabajo que realizan a diario tanto en las cocinas como en la sala.

Las instalaciones, ubicadas en la sede local de Cáritas en la calle San Fernando, esquina de la plaza Ángel Sisternes, son utilizadas a diario por una treintena de personas sin recursos y el servicio es posible gracias a la colaboración de 20 voluntarios aproximadamente. Estos se encargan de preparar las comidas, con un menú variado y rico en nutrientes, servir las raciones, adecuar la sala, el menaje y recoger.

Los voluntarios, que han reanudado la actividad desde el 10 de septiembre, demandan compromiso y responsabilidad para colaborar con ellos. Es una tarea diaria y que requiere dedicación por unas horas pero también imprescindible para cubrir las necesidades de las personas más vulnerables de la localidad.

El cese de la actividad en verano se debe precisamente al descanso del voluntariado que vive 10 meses del año de servicio ininterrumpido durante los días laborables. El perfil de estos colaboradores es el de personas mayores, jubiladas por lo general, que se ocupan las mañanas en el comedor.

Este comedor depende del Centro Diocesano de Córdoba y recibe el apoyo de vecinos, empresas y colectivos para el suministro de alimentos. Durante el año pasado se repartieron 4.500 comidas a personas necesitadas.