El día de quienes la memoria se recuerda todos los días
A María hay que recordarle, casi a diario cosas cotidianas. Sin embargo, "las manos tienen memoria", dice siempre su neurólogo cuando le ajusta cada seis meses la medicación ante las siempre atónita reflexión de su hermana, "¿por qué sigue cosiendo sin problema?". María se ha pasado cuarenta años de modista en una firma de familiar de moda de la ciudad y maneja el la máquina de coser con pericia aunque se le olvide comer si no se lo recuerdan o no sepa cómo encender la vitrocerámica o quiera ir en zapatillas de esparto cuando está lloviendo.
Es capaz de solventar el más complejo escenario de corte y confección; una cremallera que una tres piezas de tela, una de ellas, especialmente delicada que se le escurriría a la cualquier aspirante de Maestros de la Costura de los más altos puestos, ella no tiene problema en resolverlo porque lo ha hecho miles de veces. Lo resuelve con los ojos cerrados.
Sus manos temblorosas son capaces de dar puntadas sin quejarse por las horas de trabajo; no le duele la artrosis de sus 81 años, no para a beber agua, no tiene sueño, no se queja, no le da hambre. "Enhebradme esto, que no atino", pide malhumorada porque el temblor de sus manos no la dejan y no está acostumbrada a trabajar con ayuda.
Las personas con alzheimer se han valido por sí mismas, han tenido una profesión, han controlado esfínteres, no han necesitado a sus familiares para comer, solo que la enfermedad, que llega sin avisar y "a toda la familia", de repente, pone el mundo boca a bajo y hace necesario reajustar el mundo de pareja, hijos, y todos los miembros de la unidad familiar. El presidente de la Asociación San Rafael de Alzhéimer Córdoba, Rafael Luque, lo ha explicado para Córdoba es Solidaria hace unas semanas.
La entidad realizó ayer en la ciudad actividades de divulgación para celebrar el Día Mundial de esta enfermedad neurodegenerativa; mesas informativas en el Ayuntamiento de Córdoba, en Las Tendillas, Avenida Jesús Rescatado, Zoco,San Juan de Dios y Cajasur (frente a El Corte Inglés).
Además, también, los usuarios del centro de día de San Rafael hicieron sus actividades terapéuticas habituales en el huerto del Jardín Botánico de Córdoba donde el trabajo con la naturaleza les ayuda a relajarse, a mejorar la psicomotricidad. Por la tarde, a las 19.00 horas, se ofició una misa en el Quiosco de la Música (la pérgola del Paseo de la Victoria) en memoria de las personas afectadas por la enfermedad y de sus familias.