El Teléfono de la Esperanza lanza una campaña para que «no nos pare el miedo»

Las llamadas por la situación derivada de la pandemia de coronavirus se han incrementado un 30 por ciento con respecto al dato del año anterior. La entidad quiere concienciar y fomentar la resiliencia

El Teléfono de la Esperanza ha visto incrementar las llamadas de ayuda hasta un 30 por ciento desde que se decretó el estado de alarma en España. «Preocupaciones, incertidumbre, ansiedad, angustia, miedo al futuro y a enfermar» son algunos de los problemas que les plantean los interlocutores y la entidad ha querido lanzar una campaña especial del 11 al 22 de mayo.

«Que no te pare el miedo» es una acción de sensibilización y promoción de estrategias de bienestar psicológico y apoyo social, para movilizar y sensibilizar acerca de la importancia de desarrollar conductas de cuidado personal. La entidad quiere «invitar a las personas a que, ahora que empezamos a salir de nuestras casas, modifiquemos conscientemente la respuesta psicofisiológica de miedo y la transformemos en respuestas de apertura, cuidado personal y apoyo social, manteniendo la distancia física (que no la emocional)».

Según informan desde el Teléfono de la Esperanza, es importante «desarrollar habilidades de resiliencia, trasladando a la población que hay cosas que podemos hacer para mejorar nuestro bienestar y el de los demás».

La entidad ha reforzado su presencia durante la crisis sanitaria y sus 31 líneas de teléfono han recibido un total de 22.782 llamadas, que han supuesto un 30 por ciento de incremento con respecto a los datos de 2019. Por otra parte, el servicio de apoyo y asesoramiento psicológico prestado por profesionales sanitarios que puso en marcha el Teléfono a través del portal www.compartevida.es ha recibido 720 solicitudes de asistencia en este tiempo.

Una de las imágenes de la campaña

Profesionales de la organización apuntan que «la actual crisis sanitaria, por el carácter disruptivo con el que se produjo, ha provocado una situación de alarma con las correlativas consecuencias afectivas, cognitivas y conductuales, con ejemplos en reacciones de la población como el hecho de acopiar suministros en casa, por encima de las necesidades inmediata, o una inquietud generalizada mezclada con sensación de confusión, a consecuencia de la sobreinformación y la pérdida de rutinas».

Desde un punto de vista psicológico, considerando la población en general, «el miedo ha sido la emoción más determinante en este primer momento. El miedo constituye una reacción adaptativa adecuada a una situación en la que hay riesgo para nuestra integridad física, en este caso, la enfermedad».

Llega ahora un tiempo complejo en el que «es preciso promover actitudes que se orienten a impulsar conductas prosociales, dándonos cuenta de la importancia del apoyo social y de la construcción de redes que puedan dar respuesta a necesidades de muy distinto orden que ya han surgido y que surgirán».

«Es tiempo de cambiar porque algo ya ha cambiado y algo va a cambiar. No podemos hablar de un antes y un después del Coronavirus, no podemos hablar de pos-covid, por el momento. Ahora empieza a hablarse de normalizar la enfermedad, de que no habrá vacuna hasta dentro de varios meses, de que hay que seguir viviendo con esta nueva realidad; un virus del que aún desconocemos muchas cosas, va a formar parte de nuestras vidas ahora (del futuro, hoy, no podemos hablar). Y por eso: "que no te pare el miedo"», apuntan desde la organización.

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