Más de 200 niños viven la experiencia de la inclusión en la Escuela de Verano de Futuro Singular

El programa se abre para personas con y sin discapacidad intelectual y es todo un ejemplo de convivencia en respeto y tolerancia

La Escuela de Verano Inclusiva de Futuro Singular ha batido récords de participación en su décima edición. Con 224 participantes, distribuidos en dos turnos de una semana cada uno, ha contado con menores con y sin discapacidad intelectual que han disfrutado de un amplio programa común de actividades en el centro de la Fundación en Castro del Río.

Aunque es un proyecto que se realiza desde hace 20 años, hace una década que la Escuela de Verano vivió una evolución forjada por la visión que Futuro Singular adquiere sobre inclusión social y educativa: «la apertura a la comunidad pasa, no sólo porque las personas con discapacidad intelectual participen en ella, de sus actividades y en sus espacios, sino por poner a disposición de esta todos nuestros recursos para que sean compartidos y aprovechados por personas con y sin discapacidad intelectual», apuntan desde la entidad.

Esta décima edición ha pivotado sobre dos temáticas: la época medieval y el lejano oeste. Con la personalización que cada contexto precisa, los más de doscientos niños y niñas han disfrutado de actividades como la fiesta de la espuma, gymkanas, actuaciones de magia, tiro con arco, talleres de cocina, juegos de agua en talleres de piscina y talleres de reciclaje y protección al medio ambiente.

Las trescientas personas que han participado comparten valores de respeto, apoyo, empatía y generosidad bajo el paraguas del disfrute y la diversión y conformando un espacio de inclusión para todas las personas. Los chicos y chicas, cuyas edades oscilan entre los 3 y los 14 años, tienen procedencia de Castro del Río, Cabra, Espejo, Baena, Nueva Carteya, Luque y Zuheros y han estado monitorizados por 9 profesionales de la fundación (5 como referentes y 4 como personas de apoyo) y 70 voluntarios.

«Sin la profesionalidad e implicación de los trabajadores del centro y el espíritu y generosidad del voluntariado, la Escuela Inclusiva de Verano de Futuro Singular Córdoba en Castro del Río, no sería lo mismo», apuntan desde la organización, y añaden que participantes que en años anteriores han asistido a la Escuela Inclusiva de Verano, repiten la experiencia, superados ya los 16 años, como voluntarios y voluntarias.

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